Japón se hunde en Los Ángeles

Japón se hunde en Los ÁngelesDe la manera más improbable, Japón cayó eliminado en semifinales del IV Clásico Mundial de Béisbol a manos de Estados Unidos, que aprovechó par de errores nipones para fabricar dos carreras sucias e imponerse por la mínima (2-1), lo cual le permite avanzar por primera vez a la discusión del cetro de la lid.

En el Dodger Stadium de Los Ángeles, sin un lleno absoluto (33 462 fanáticos) en una noche lluviosa, los anfitriones fueron anulados por el pitcheo asiático, pero sendos errores del camarero Ryosuke Kikuchi y el antesalista Nobuhiro Matsuda le abrieron las puertas del home con par de anotaciones que decidieron el pleito.

El mentor japonés Hiroki Kokubo había mencionado antes del partido que el pitcheo abridor sería la clave, y en honor a la verdad su pupilo Tomoyuki Sugano respondió a la altura de las expectativas.

«Es el mejor entre los pitchers. Confiamos en él. Sus lanzamientos provocan muchos bateos de rola, tiene buen control, lanza a las esquinas. En un partido de eliminación tienes que ser agresivo desde el primer tiro», había dicho Kokubo sobre su abridor, quien no lo defraudó con seis estrucados, sin boletos y solo tres jits en su cuenta durante seis entradas.

Pero en el cuarto capítulo, tras ponchar al peligroso Adam Jones, el diestro de los Gigantes de Yomiuri forzó a Christian Yelich a roletear por segunda, conexión que pifió el intermedista Kikuchi, excepcional a la defensa hasta ese lance.

Yelich se colocó a 180 pies del plato, Nolan Arenado se tomó uno de sus cuatro ponches de la noche, Eric Hosmer recibió boleto y Andrew McCutchen remolcó la anotación con sencillo al izquierdo.

Afortunadamente para Kikuchi, el béisbol da revancha, en ocasiones más rápido de lo que imaginamos. En el sexto episodio el camarero despachó jonrón solitario contra los envíos del apagafuegos Nate Jones para igualar las acciones.

Hasta ese momento el pitcheo estadounidense había trabajado con comodidad. El abridor Tanner Roark mostró las condiciones que los Nacionales de Washington esperan que explote en las Grandes Ligas y retiró cuatro innings limpios (dos jits y un ponche). Jones también fue efectivo en el quinto, pero ya cuando sobrepasó su carga habitual soportó el vuelacercas de Kikuchi.

Comenzaron entonces a rondar los fantasmas de las remontadas que han caracterizado buena parte de los juegos en este Clásico Mundial, sobre todo porque desde la lomita los japoneses parecían impenetrables. Tras la salida de Sugano, el también derecho Kodai Senga dejó a cinco con la carabina al hombro y solo aceptó dos inatrapables, pero otra marfilada lo mandó al abismo.

En el principio del octavo, con un out Brandon Crawford le pegó jit, seguido por largo doble de Ian Kinsler. Vino al bate Adam Jones y conectó un roletazo lento por tercera que Nobuhiro Matsuda pifió, lo cual le permitió al torpedero norteño anotar sin dificultades. En esa jugada pudo producirse el out en la goma, porque Crawford salió al suicidio buscando la carrera de la ventaja.

Ya con diferencia mínima, el relevo de Estados Unidos completó el trabajo, con faena hermética de Sam Dyson, Pat Neshek y Luke Gregerson, el segundo como salvavidas de Mark Melancon, quien embasó a dos nipones en el octavo.

Gregerson, por su parte, retiró el noveno a ritmo de conga, con ponche conclusivo a Matsuda, quien no pudo enmendar en el cajón ofensivo su crucial error al campo. Así se quebró el invicto de Japón en este Clásico Mundial, resultado que les impide alcanzar su tercera final en las máximas lides beisboleras.

En cambio, Estados Unidos tomó desquite de la derrota 4-9 en la semifinal del 2009, ahora aprovechando las equivocaciones rivales, su excelencia defensiva y la profundidad del bullpen. «En cuanto a energía y ambiente, esto es solo comparable con a un partido de la Serie Mundial. Honestamente, como jugador, es el tipo de ambiente con el que soñaste jugar alguna vez representado a tu país», precisó el inicialista de Reales de Kansas, Eric Hosmer, una de las almas del plantel norteamericano.      

Ahora la tropa de Jim Leyland afrontará su primera final en los Clásicos, partido en el que dependerán, presumiblemente, del derecho Marcus Stroman, uno de los principales abridores de los Azulejos de Toronto.

El pequeño y veloz tirador ha realizado par de aperturas en el actual certamen, primero muy efectivo frente República Dominicana (4.2 innings sin carreras-cuatro ponches) y luego errático justamente contra Puerto Rico (4.2-ocho jits-cuatro carreras).

Por los boricuas ya fue confirmado el derecho Seth Lugo, quien ya suma dos aperturas victoriosas (vs. Venezuela y Estados Unidos) con efectividad de 2.45, cinco ponches y un solitario boleto en 11 capítulos.

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