Guantánamo.- ” Lo que hacemos es bello y hermoso”, ese es el eslogan del guantanamero Club 9 sobre 10; con esa máxima nos fuimos a Bayamo. Llegamos con las primeras luces del sol, tuvimos una acogida memorable por los integrantes de otro grupo amante de la música de la década prodigiosa: “Nostalgia por los 60.”
Nos abrasó un calor humano, más intenso incluso que la alta temperatura de ese domingo (34º). El local que ocupa la Asociación Cubana de Limitados Físicos y Motores (ACLIFIM) fue la sede central del encuentro:
“Bienvenidos queridos hermanos guantanameros. – expresó la presidenta de la peña Ana Celia Garcés. – es un honor recibirlos… ¡esperamos se sientan como en casa…!”
Y profética fueron sus palabras. Antes de entrar al salón, nuestro representante Mariano, agradeció el recibimiento y auguró una feliz jornada, tampoco se equivocó… Luego vino un espacio para un intercambio más cercano, entrega de regalos confeccionados por las diestras artesanas de la peña, cuentos, adivinanzas, mucha música y baile donde no puedo faltar nuestro himno:
Entonces vino el recorrido por el Paseo de la Ciudad Monumento, la misma que sus bravos habitantes prefirieron reducir a cenizas antes que fuera tomada por los colonizadores españoles. Los sesenta guantanameros sucumbimos irremediablemente ante la belleza de esa arteria: el acuario, la maqueta de la ciudad, el sabroso helado… el museo de cera, ¡oh el Museo de Cera!
Ada Isis Rivera, la guía que nos atendió de manera afable explicó la historia y la magia de cada una de las figuras salidas del ingenio del artista Rafael Barrios y sus hijos Rafael y Lander, que te estremecen como si estuvieran presentes en carne y hueso: Carlos Manuel de Céspedes (el Padre de la Patria), El Gabo desde su balance, te invitan a continuar el recorrido por ese sitio único de su tipo en Cuba, donde están moldeadas varias personalidades de la cultura, el deporte y la historia tanto nacional como extrajera.
Luego del suculento almuerzo, elaborado por las manos mágicas otro de los integrantes de los “nostálgicos por los 60”, nos fuimos al Chapuzón (Vegas del Río Bayamo), esa especie de balneario ejemplo de lo que puede lograrse cuando se aprovechan las potencialidades de la naturaleza para propiciar esparcimiento: resbaladizos, cachumbambés, el chapoteo para el baño de los niños, una variada venta de productos alimenticios y una pregunta compartida a veces en silencio, otras casi al unísono: “¿cuándo tendremos en Guantánamo un lugar así…?”
El camino de regreso se nos antojó más largo, el intenso ajetreo del día hizo efecto en muchos, en casi todos… pero algo es seguro; los corazones estaban llenos de gozo, de la satisfacción de haber conocido a una ciudad llena de gente tan linda como ella misma, que nos acogió como si fuéramos amigos de toda la vida, lo cual ya es un hecho.
Ahora esperamos reciprocar el gesto cuando los integrantes del “Club Nostalgia de los 60” nos visiten, aquí los esperamos para, aunque no tengamos un museo de cera o un “chapuzón”, mostrarles la belleza de los guantanameros y de esos sitios que bien nos enorgullecen. De eso nos encargaremos los del Nueve sobre Diez como dignos hijos de esta tierra entre ríos porque: lo que hacemos es bello y hermoso.
Entrega de objetos artesanales confeccionador por las integrantes del club
Llegando al Paseo bayamés
Difícil dejar de posar junto a Fabio di Celmo, una de las figuras del Museo de Cera
El único moemnto en que nadie habló…
El chapuzón en “El Cahpuzón”
Guantanameros y bayameses bailan juntos al compás de la principal razón que los une: la música de la década prodigiosa