Guantánamo.- Los embalses de la provincia de Guantánamo acumulan poco más del 40 por ciento de su capacidad de llenado cuando ya transcurre la primera quincena del mes de noviembre, considerado el inicio del período seco en nuestro país.
Ese panorama debe servir para trazar las estrategias correspondientes para el uso racional del agua, tanto en el sector empresarial como en el residencial. Aunque con frecuencia se realizan alertas y llamados al ahorro del líquido, muchas personas hacen caso omiso y despilfarran el agua como si le hicieran daño a alguien a no ser a nosotros mismos.
Si a eso se unen la cantidad de salideros, roturas en conductoras, desperfectos en las acometidas de muchos vecinos, entonces comprenderemos la gravedad del asunto. Según algunas estadísticas se calcula que alrededor del 50 por ciento del agua que se bombea se pierde por las causas enumeradas.
Por otra parte las empresas agropecuarias deberán actuar en consecuencia para minimizar los gastos de ese recurso vital, pues está demostrado que también desperdician el líquido en algunas ocasiones sin medir las consecuencias.
La presa Faustino Pérez, principal fuente de abasto a la ciudad de Guantánamo, tiene cobertura para unos cuantos meses, pero de no llover con regularidad las reservas pudieran agotarse.
Por su parte La Yaya, la de mayor capacidad en el Alto Oriente, 160 millones de metros cúbicos, desde hace años no logra recuperarse totalmente, y es determinante para el riego agrícola y áreas ganaderas.
No hay otra alternativa que concientizarnos de la situación y actuar en consecuencia. La clave es sencilla: cada uno de nosotros extremar las medidas de ahorro de agua en nuestros hogares y dispondremos de más líquido para nuestras necesidades.
Ojalá llegue a oídos receptivos esta reflexión. El refrán habría que cambiarlo pues agua que no has de beber, hay que ahorrarla, y no dejarla correr.