En las manos del cuarto bate de Granma y de Cuba, Alfredo Despaigne, fue depositada hoy la enseña nacional que presidirá cada paso de la selección de la Mayor de las Antillas en el IV Clásico Mundial de Béisbol, entre el 7 y 19 de marzo próximos.
En la ceremonia de abanderamiento, celebrada en los salones del Memorial José Martí, Despaigne tuvo de escoltas a sus compañeros campeones nacionales Lázaro Blanco y Carlos Benítez, que hoy son también puntales en las aspiraciones de la afición y del pueblo en general de cara a la exigente lid.
Por eso, otro titular de la pelota cubana con el equipo de Granma, el receptor Frank Camilo Morejón, a leer el juramento ante el pabellón patrio expresó que los jugadores y entrenadores están conscientes de la alta responsabilidad ante ese pueblo, por lo cual “lucharemos hasta el último aliento por la victoria, respetando el juego limpio.
Antonio Becalí Garrido, presidente del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder), entregó la bandera a Despaigne en presencia de José Ramón Fernández Álvarez, presidente del Comité Olímpico Cubano, y otros dirigentes del Partido, el Gobierno y del organismo deportivo.