Guantánamo.- Una frase: “la flor más autóctona de la Revolución”, de inmediato un nombre acude; Celia Sánchez Manduley, una mujer que se distingue tanto por su delicadeza como por sus convicciones revolucionarias y por su lealtad a Fidel Castro Ruz, de quien fue su ayudante personal por 23 años.
Creció en el seno de una familia donde los próceres de la Patria eran sagrados, su amor por José Martí la llevó, siendo aún adolescente, a escalar la cima del Pico Turquino, para colocar un busto de bronce del Maestro.
Se rebeló contra la sangrienta dictadura de Fulgencio Batista, primero como activista de la lucha clandestina, luego como dirigente del Movimiento Revolucionario 26 de Julio en la antigua provincia de Oriente desde donde organizó numerosas acciones contra la tiranía y sirvió de mensajera al Ejército Rebelde.
Luego se incorporó a la lucha armada en la Sierra Maestra, fue la primera mujer en hacerlo, y tuvo un papel destacado en la creación, en septiembre de 1958 del batallón femenino Mariana Grajales, que operaba en la zona de La Plata, como apoyo a la retaguardia guerrillera.
Pero Celia fue mucho más, nunca perdió su delicadeza ni sencillez, ni su esencia de campesina y gente de pueblo. Luego del triunfo de la Revolución, asumió importantes tareas y responsabilidades; fue secretaria del Consejo de Estado, diputada al Parlamento, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y de la Dirección Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas.
A ella también le corresponde el mérito de haber creado la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado, luego de una exhaustiva recuperación de toda la documentación de la lucha en la Sierra Maestra.
También le llamaban la “heroína del llano y la Sierra”, pero jamás miró por encima del hombro a nadie, siempre solidaria y fiel aliada de los humildes, se ganó el cariño y admiración del pueblo que se negaba a aceptar la noticia de su muerte aquel 11 de enero de 1980, luego de tres años de intenso batallar contra un cáncer de pulmón.
Durante la despedida del duelo, Armando Hart Dávalos expresó que Celia entró a la historia del país por una senda independiente. Hoy, su luz sigue iluminando el firmamento de la Patria en el día a día de la lucha por preservar sus conquistas.