Nunca en la historia de nuestras Series Nacionales dos equipos finalistas habían tenido que pasar por tan gran cantidad de obstáculos, que incluyeron el enfrentamiento a una pandemia, para lograr discutir el título de Cuba, a partir del venidero domingo 28 de marzo, en el estadio José Antonio Huelga, de Sancti Spíritus, escogido como sede, debido a la situación epidemiológica.
El primero en clasificar, los Alazanes de Granma tuvieron que enfrentar, primero, el reto de doblegar a Industriales, equipo que se apoyaba en la potencia de su ofensiva y en lanzadores como Bryan Chi y Andy Rodríguez, abridor y relevista, respectivamente, de gran calidad y efectividad.
Pero los discípulos del veteranísimo mentor Carlos Martí, lidereados por Lázaro Blanco, autor de dos de las cuatro victorias, supieron sacar fuerza de las flaquezas para imponerse, en la más reñida de las series de cuartos de finales, a la tropa del mentor Guillermo Carmona.
Después derrotaron, con relativa facilidad, a Pinar del Río, y más tarde comenzó un largo periodo de espera, culminado en el centro de aislamiento La Sierrita, en el municipio de Bartolomé Masó, con más de un atleta afectado por la epidemia del coronavirus. Ahora comenzaron a entrenar para estar en forma de cara a la final.
DE NUEVO LOS COCODRILOS
Por segundo año consecutivo, los Cocodrilos de Matanzas acceden a la última fecha de competencia de nuestro clásico nacional. Debutaron en los play off ante Cienfuegos, equipo que sucumbió, a pesar de ser uno de los más bateadores de la 60 Serie Nacional.
Luego vino un compás de espera de dos semanas, antes de chocar con los Leñadores de Las Tunas. El largo periodo de inacción les jugó una mala pasada al perder sus dos primeros partidos ante los tuneros, debido, especialmente, a los costosos fallos en la defensa. Llegó un día de descanso, en el cual el piloto Armando Ferrer se reunió con sus jugadores y, a partir del tercer juego, Matanzas cambió la cara y barrió en los cuatro choques restantes, apoyado en la ofensiva de Yadir Drake, quien vino de jugar en México y demostró ser un excelente bateador, conectando en momentos claves; Yadir Mujica, otro que bateó desaforadamente durante todo el play off, y el lanzador Joel Suárez, verdadero caballo de batalla, con dos victorias y un juego salvado.
Jugar en un estadio neutral y no contar con público en las gradas, y que Cocodrilos y Alazanes discuten una final por primera vez, convierten a esta disputa por el cetro en un hecho inédito, pero animado por dos elencos que demuestran combatividad. Esperemos una gran final.
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(Tomado de Granma)
