Guantánamo.- En el intricado paraje de Arroyón de Capiro, en Baracoa, vive Tania Borges Coutín una mujer que comparte codo a codo con su esposo las labores agrícolas de su finca.
Esta campesina de pura cepa lo mismo siembra malanga que recoge café o le da de comer a los animales, sin abandonar las labores hogareñas.
Solvisión comparte con sus lectores el testimonio de esta baracoense que confiesa no tenerle miedo al trabajo.