Recuerdos de Matthew

Huracán Matthew devastó BaracoaGuantánamo.- El amanecer del 5 de octubre de 2016 resultó tenebroso para los habitantes de los municipios de Baracoa y Maisí, fundamentalmente, y de otras localidades de Yateras, San Antonio del Sur e Imías. En la noche y madrugada el huracán Matthew se ensañó, y destruyó casi todo a su paso por el extremo más oriental.

Las primeras imágenes que llegaron desde el telecentro Primada Visión daban ganas de llorar. Viviendas e instalaciones destruidas total y parcialmente, escombros por doquier, un paisaje natural devastado, calamidad total. Sin embargo, una noticia causó gran impacto: ni un solo muerto entre la población.

En un recorrido del equipo de reporteros, ese primer día, llegamos hasta la zona conocida como el Bate-Bate, en la carretera cercana a la costa en el municipio de San Antonio del Sur. La fuerza de las olas habían destruido parte del vial y numerosas rocas de gran tamaño obstaculizaban la vía.

De igual manera en otros momentos llegamos hasta las comunidades de Cajobabo y Veguita del Sur, en el municipio de Imías, donde la fuerza de los vientos y las lluvias ocasionaron severos daños en el fondo habitacional, escuelas y otras instituciones.

No obstante, ante aquel panorama desolador, la respuesta gubernamental y la solidaridad comenzaron de inmediato. Caravanas de rastras con recursos materiales, brigadas de trabajadores eléctricos, constructores, de telecomunicaciones de varias provincias se dirigieron hacia el lugar del desastre.

Jamás en su historia el Viaducto la farola, una de las siete maravillas de la ingeniería civil en Cuba, había soportado la cantidad de vehículos pesados sobre su estructura de hormigón armado. Pero resistió y por allí llegó la ayuda para iniciar la recuperación de la devastada Baracoa.

Así comenzó la gesta por devolver servicios básicos como la electricidad, el agua y otros a los habitantes de las zonas afectadas. De inmediato se inició la distribución de recursos fundamentales como techos para aquellas familias que lo perdieron.

Avanzaron los días, las semanas, los meses. Proezas laborales de trabajadores eléctricos posibilitaron restablecer el servicio en algunas comunidades en tiempo récord. Vecinos de muchas comunidades de Maisí y otros territorios colaboraron en la ejecución, reparación y mejoramiento de los acueductos dañados. La recuperación mostraba signos alentadores.

A un año del paso devastador del huracán Matthew, por el extremo más oriental del archipiélago cubano, la vida cambia para bien en los territorios dañados. Hoy el panorama es alentador y demuestra que, la organización y la unidad constituyen fortalezas que no debemos perder.

 

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