Guantánamo.- Que un equipo de béisbol, de cualquier categoría, permita 16 carreras en la primera entrada es un síntoma muy preocupante para esa selección y todos los que tienen que ver con ella, desde la dirección hasta los aficionados.
En esa encrucijada está el representativo de Guantánamo en la V Serie nacional de la categoría Sub-23, que se desarrolla en todo el país. El episodio de marras sucedió en el estadio Van Troi, de la capital del Guaso, donde los locales permitieron esa friolera de anotaciones ante Granma.
La actuación de los lanzadores del Guaso es más que preocupante, pues además de ser incapaces de dominar a los bateadores rivales, muestran un descontrol excesivo, lo cual conspira contra el rendimiento individual y colectivo.
Como se conoce el pitcheo representa alrededor del 75 por ciento de las posibilidades de victoria para cualquier equipo de béisbol, y en tal sentido las representaciones de la provincia más oriental, tanto en la categoría Sub-23, como en la de mayores, presenta lagunas y dificultades mayúsculas.
El desafío entonces se antoja súper complicado en las aspiraciones de esos equipos de mejorar las actuaciones de la pasada temporada, donde los más jóvenes fueron últimos en el país, y Los Indios del Guaso finalizaron décimo quintos, entre 16 participantes.
Es cierto que la V Serie nacional Sub-23 tiene el propósito de foguear y desarrollar a la cantera, los peloteros que representarán a cada provincia en el principal espectáculo deportivo del país, pero tales deficiencias que se observan en el equipo de Guantánamo constituyen una señal de alerta beisbolera.
Sin embargo, el trabajo de los técnicos y especialistas en cada área de juego debe reforzarse, así como la búsqueda de talentos que puedan desempeñarse con efectividad, sobre todo en el área de los lanzadores, sin dudas la más preocupante y decisiva.
El representativo de la provincia más oriental solo ha podido ganar dos juegos y caer en 10 en la actual temporada de la categoría Sub-23. Es impensable que puedan dar un salto de calidad en los juegos que restan y salir del sótano.
No obstante, urgen acciones, análisis y decisiones para comenzar a enrumbar el deporte nacional por otros caminos, que puedan conducir a lograr desempeños favorables y decorosos para un territorio eminentemente beisbolero, con tradición, y sobre todo una afición exigente que espera siempre lo mejor de sus peloteros.
