Guantánamo.- Llegar a Playitas de Cajobabo, en la costa sur del municipio de Imías, en la provincia de Guantánamo, es sumergirse en uno de los episodios más trascendentales de la guerra de Independencia de la República de Cuba.
El mar es el mismo, como las piedras, que recibieron aquella noche de oleaje a José Martí, Máximo Gómez y otros patriotas, que se reincorporaron a la lucha contra el colonialismo español.
En cada movimiento de las olas la historia se agiganta, pues a la memoria regresa aquel episodio de titanes, que arriesgaron sus vidas con dosis extraordinarias de valor, lealtad, patriotismo.
Al sitio sagrado de la historia llegan año tras año pioneros, jóvenes y adultos para reencontrarse con la hazaña del Apóstol y sus acompañantes, para no dejar morir esas ideas y ejemplo que nos mantienen como un pueblo unido e invencible.
En la primera trinchera alzan las voces los jóvenes, el futuro. Allí, ante el monumento erigido a la memoria de los próceres, enarbolan la bandera de la estrella solitaria, realzan los compromisos e inician cada año el recorrido de la ruta martiana, de Playita a Dos Ríos.
Playita de Cajobabo muestra a foráneos y extranjeros la belleza natural y las exuberante geografía plagada de grandes piedras que dificultaron el desembarco, más no impidieron que llegará junto con los expedicionarios los aires de libertad.
La Dicha Grande que expresó el maestro al bajar del bote, es la que sentimos todos los cubanos dignos de vivir en una tierra donde los héroes ganaron su lugar con el ejemplo y la ternura.
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