Guantánamo.- En la jornada del 12 de enero de 2017, los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos de América suscribieron un acuerdo migratorio trascendental recogido en la Declaración Conjunta que elimina la política de “pies secos-pies mojados” y el programa Parole, para profesionales de la medicina cubana.
Por otra parte, se ratificó la decisión de ambas partes de impedir las salidas ilegales por vía marítima “y por tanto se mantiene el compromiso de los Estados Unidos de devolver a Cuba a todas las personas que sean interceptadas en el mar o a quienes penetren en la Base Naval de Guantánamo”.
Sin dudas pasos importantísimos en la normalización del tema migratorio entre ambos países, que pueden suscitar en nuevos acuerdos en otras esferas, incluidas la económica que pudieran derivarse en la apertura de inversiones, y la llegada de turistas norteamericanos a Cuba en los próximos meses.
Este acuerdo reconoce la necesidad de facilitar la migración regular en beneficio de los dos países, de prevenir la migración irregular e impedir las salidas riesgosas que ponen en peligro la vida humana y de luchar contra los actos de violencia asociados a estos fenómenos, que tantas muertes ha causado en el estrecho de La Florida, fundamentalmente.
De igual manera los EE.UU. continuarán garantizando la migración legal desde Cuba con un mínimo de 20 mil personas anuales. Además, Cuba “aceptará que personas incluidas en la lista de 2 mil 746 ciudadanos cubanos que emigraron por el puerto del Mariel en 1980 y fueron considerados inelegibles para permanecer en los Estos Unidos, según el Comunicado Conjunto del 14 de diciembre de 1984 y que no pueden ser devueltas, que sean sustituidas por otras personas y retornados al archipiélago”.
La eliminación de la política de “pies secos-pies mojados”, iguala a los migrantes cubanos con el resto del mundo. Esa política implicaba, además, problemas parta la seguridad nacional en ambas naciones, y sobre todo para los ciudadanos cubanos que en sus aventuras por llegar al país más desarrollado del planeta se exponían al tráfico y la trata de personas.
Aunque quedan pendientes otros temas, como la eliminación de la Ley de Ajuste Cubano de 1996, la firma de la Declaración Conjunta entre los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos es un paso firme hacia una migración regular, segura y ordenada, y abre nuevos caminos para el entendimiento entre ambos gobiernos, respetando las diferencias y la soberanía nacional.
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