Guantánamo.- Aires de alegría soplan y se extienden en el círculo infantil Los Moncadistas, de la ciudad de Guantánamo. Tal parece que los protagonistas de las historias de La Edad de Oro, salieron de sus páginas encarnados esas pequeñas figuras a quienes, y de la América toda, José Martí dedicara el hermoso texto hace 130 años.
La vigencia de las enseñanzas de la obra está latente en cada poesía, canto y dramatización que bien personifican ellos, los que saben querer.
Ahí están los 220 niños, junto al personal docente y de apoyo a su formación, pero también están los representantes de las diferentes organizaciones de la comunidad donde está enclavada la institución, hasta donde llegaron además los más grandecitos: estudiantes de la vecina escuela primaria Pepito Tey, con su versión de otra pieza memorable del Apóstol: Abdala.
Viéndolos, embarga la sensación de que el legado de la obra martiana continúa cautivando, como mismo su ideario anticolonialista, de amor a la patria, devoción por la justicia y la honestidad, se revitaliza entre las nuevas generaciones de guantanameros, que también son nuestra esperanza.
Tampoco pierde vigencia esa guía para hacernos personas de bien, porque no solo fue un proyecto para los más pequeños, sino para los hombres y mujeres futuros, herencia palpable entre los infantes del círculo infantil Los Moncadistas, quienes se apropian de ella y la transmiten, con la magia y el hermoso desenfado de sus cortos años.