Guantánamo.- Para comprender, analizar y apoyar a la nueva Constitución de la República de Cuba es preciso realizar una vista panorámica y ver la cantidad de elementos que son trascendentes, renovadores, y uno de ellos es el respeto a los derechos individuales de las personas y a ser reconocidas.
Ese espíritu de inclusión y de reconocimiento de todos, ya sea desde la fe o no, está presente en la carta magna que será sometida a Referendo popular el próximo 24 de febrero, una fecha de gran significado en la historia de la mayor de las Antillas.
Otro aspecto trascendental es que en materia de derechos humanos se refleja un avance, ya que las conquistas en ese ámbito están bien definidas sin distinción de géneros, raza o religión, lo cual supone un plano a mayor nivel en lo que a protección y seguridad de igualdad se refiere.
Y en ese aspecto hay que destacar que en esos, y muchos otros aspectos de los derechos que tenemos los cubanos, no admiten regresión, todo lo contrario tienen carácter progresivo como refleja la Constitución.
La Carta Magna específica y amplía la dignidad y su raíz martiana; de solidaridad y libertad. Habla de respeto, clave para reconocer los derechos del otro, ya que ello encierra un diálogo en igualdad de condiciones.
No quedan dudas de que el nuevo texto constitucional es superior al que teníamos de 1976, se atempera a las nuevas realidades económicas y sociales que vive nuestro país, y en ello el Capítulo Económico reconoce los diferentes tipos de propiedad para avanzar hacia la prosperidad que necesitamos y merecemos
La Ley de Leyes advierte, además, dos fortalezas: 1.- La participación masiva del pueblo en la consulta, lo que dio lugar a cambios en más del 60 % del documento; 2.- La posibilidad de que en el Referendo sea también el pueblo quien tenga la última palabra.
La realidad es que ninguna constitución puede satisfacer los intereses particulares de cada una de las personas, más bien se trata de un compromiso con aquello que implique mayor bienestar para todos.
Cada constitución debe significar un avance respecto a la anterior, como debe suceder en este caso. El próximo 24 de febrero estaremos en las urnas para ejercer nuestro derecho al voto.