Llaman a una mejor conservación de la ciudad paisaje de Cuba

Guantánamo.- La Villa de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, la primera demarcación fundada en Cuba hace 512 años, por el Adelantado español Diego Velázquez, se mantiene como detenida en el tiempo entre recodos de mar, ríos y naturaleza exuberante, que la convierten en una atractiva Ciudad Paisaje de los litorales del Caribe insular.

El tiempo también le hace mellas a sus edificaciones, las cuales necesitan pronta rehabilitación para que perduren sus valores arquitectónicos, además de conservar la rica historia, cultura y tradición acumulada durante más de cinco siglos.

Por eso es el trabajo arduo de los especialistas de la Oficina de Conservación del Historiador  (OCH) de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, quienes junto a sus homólogos de la Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de la República de Cuba, así como los historiadores de Santiago de Cuba, Matanzas y La Habana, analizan sus retos y desafíos para construir la sede de la Oficina del Conservador de Baracoa y una escuela-taller, desde donde se organizará una mejor labor de mantenimiento y rehabilitación de las vetustas calles, edificaciones, y comunidades vulnerables a los perennes fenómenos climatológicos, y a la vez se emplearán a más de 20 jóvenes baracoanos dedicados conservar los monumentos históricos arquitectónicos de la Primada de Cuba.

Mailer Díaz Matos, especialista principal de Cooperación e Inversiones de la OCH, de Baracoa, explica ante el auditórium encabezado por Perla Rosales Aguirreurreta, Presidenta nacional de la Red y Directora General Adjunta de la Oficina del Historiador de la Habana, tras su participación en el Taller Centenario Dr. Antonio Nuñez Jiménez, acontecido hace unos días en el marco de la celebración del nuevo aniversario de la villa.

“Desde el año 2021 hasta noviembre del año en curso, hemos sido beneficiados con 20 000 €, mediante un proyecto de cooperación internacional de la Fundación Gerda Henkel, de Alemania, que ha transitado por varias etapas y hoy nos encontramos en el proceso de licitación, de presentación de la oferta oficial para ya adquirir los medios, insumos y accesorios, sobre todo de la parte eléctrica, hidro sanitaria, el tanque, algunos yales”.

“También hemos sido beneficiados con mobiliario, con medios informáticos y con el equipamiento de la escuela- taller, dicha escuela- taller, aunque aún no contamos con el local, pero ya lo tenemos solicitado. De momento utilizaremos este espacio donde nos encontramos”.

En su intervención, la experta baracoana Díaz Matos, continúo su exposición en cuanto al presupuesto aprobado por la parte del Consejo de Administración Municipal y el grupo de Desarrollo de Desarrollo Local, en el municipio guantanamero, quien enfatiza:

“Tenemos un millón de pesos aprobado para también apoyar la labor constructiva de la Oficina y la escuela-taller, y ha sido una inyección muy buena, muy aceptada por todos nosotros, pero lamentablemente por la situación y escaseces de muchos recursos, sobre todo los materiales de construcción, que provee una MYPIME contratada, ha tenido inestabilidad en los suministros de materiales, solamente hemos ejecutado alrededor de 40 000 pesos, quedando pendiente de más de 900 000 pesos por ejecutar.

 En la búsqueda de soluciones los más de doce trabajadores la Oficina de Conservación del Historiador (OCH) de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, continúan con el tesón de ver a la primera villa cubana, embellecida mediante el arte de la restauración y la conservación del patrimonio cultural y arquitectónico, un anhelo de los lugareños y visitantes atrapados por la belleza singular del paisaje, manifiesto de sentimientos y emociones de la vida cotidiana.

Por eso el consejo de dirección de la OCH, dirigido por el reconocido historiador Alejandro Hartmann Matos,  el equipo de cooperación internacional establecen chequeos permanentes con los equipos de trabajo de arquitectos, inversionistas y artesanos e involucran al gobierno municipal y al grupo del desarrollo local, además hacen el levantamiento de las zonas vulnerables a las penetraciones del mar, la conformación de los expedientes del centro histórico urbano, monumentos, entre otros sitios emblemáticos de ese recodo entre mar y tierra, señoreado por la montaña trunca, llamada “El Yunque”.

Por Liubis Balart Martínez

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