Guantánamo. – Las letras y el olor a tinta fresca inundan diversos espacios de la urbe capital de Guantánamo. Como tradicionalmente sucede, la calle Pedro Agustín Pérez, las librerías, la Casa de la Cultura y el Pabellón serán algunos de los escenarios para la presentación de los libros, el intercambio con los autores y las veladas culturales.
Con nostalgia evoco, por estos días, mis primeros encuentros con la lectura y el mágico mundo que ella nos ofrece. Parece que fue ayer cuando mi maestra colocaba, para mi orgullo, el monograma que decía “Ya sé leer” y mi madre me premiaba con sendos libros que constituían el acicate idóneo en ese contexto.
En ese tiempo leía todo aquello que pasaba ante mis ojos: carteles, prospectos, subtítulos y hasta señales ferroviarias. Luego, de a poco, la pasión fue creciendo, alimentada por la magia que se descubre de la mano de buenos autores como Emilio Salgari, Alejandro Dumas, Julio Verne, Edith Maude, Jane Austen o algunos cuyos nombres no recuerdo, pero cuyas obras marcaron el desarrollo de mi vocabulario, mi capacidad expresiva y creativa.
Un poco más cerca en el tiempo llegaron a mi vida “El Gabo”, Coelo, Alejo Carpentier, Onelio Jorge Cardoso, Enrique Nuñez Rodríguez, Nicolás Guillén y otros muchos. Acoto que el presente texto no constituye un referente de lo que debe leerse o no, solo una relatoría de mi relación con la literatura.
A mi paso por el periodismo, la lectura se hizo más densa y científica, menos recreativa, al menos por algunos años. Sin embargo, sentí siempre esa necesidad de regresar cada noche a las páginas de un libro, a la sensación de recibir a Morfeo, envuelta en las palabras de una buena historia – que cuando es buena de verdad, te atrapa y no te deja dormir. –
Lo cierto es que hace poco me “zapyaron” una aplicación llamada UB Reader, con una base de datos compuesta por poco más de 200 volúmenes, de muy variada procedencia. El software es una suerte de librería donde puedes escoger un volumen, asignar un marcador y disfrutar, página a página de las historias recogidas en los libros digitales.
Otra opción es la Multimedia “Leer es el comienzo” del Proyecto Literario Grafomanía, que promueve la obra y los jóvenes autores cubanos y el maravilloso hábito de la lectura.
Lo cierto es que la sabia de la literatura será siempre de aquellos que sepan aprovecharla, y las tecnologías brindan la oportunidad de no gastarse el sueldo en libros, al menos no en los que se pueden encontrar en las redes, en formato virtual. Para aquellos que lo han descubierto, tarde, temprano o en cualquier etapa de sus vidas, leer siempre es un placer, sin importar el soporte del libro, ya sea impreso o digital.
Licenciada en Periodismo. Graduada en la Universidad de Oriente en el 2010. Periodista, editora del sitio web y miembro del equipo multimedia de Solvisión.