La Farola de Baracoa: una belleza en el lomerío guantanamero

Guantánamo.- El viaducto La Farola, es una de las  siete maravillas de la arquitectura cubana y la más relevante de la provincia de Guantánamo. Ejecutada a partir del 14 de mayo de 1964, fue inaugurada el 26 de julio de 1965.

Realizada por 514 trabajadores en jornadas de hasta 17 horas ininterrumpidas, el viaducto La Farola, atraviesa de Sur a Norte el macizo de Sagua – Baracoa, sobre un tramo de 6 kilómetros desde el puente Las Guácimas, en Veguita del Sur, hasta El Mirador, en el Alto de Cotilla. Este es el punto desde donde se observa en los días claros el mar Caribe y la costa Norte de la Isla y  parqueo distante unos cuatro kilómetros del Alto de Cotilla, punto más alto del vial, desde donde pueden observarse en días claros las costas sur y norte de la provincia de Guantánamo.

La  Farola tiene seis metros de ancho y donde el terraplén no alcanzaba tal medida se levantó el viaducto sobre el precipicio, con vigas y pilotes de hormigón prefabricados, elementos por primera vez utilizados en Cuba en una obra ingenieril de tal clase.  Se extiende sobre un tramo de 6 kilómetros desde el puente Las Guásimas, en Veguita del Sur, hasta El Mirador, sitio ubicado en el Alto de Cotilla, punto desde donde en días claros puede observarse el Caribe y la mar de la costa Norte de Cuba.

Las vistas desde La Farola son notables por su espectacularidad. Si haces el recorrido de Guantánamo a Baracoa, transitas por un paisaje desértico – costero a uno dominado por la selva tropical. La carretera, de curso muy sinuoso, permite apropiarnos de las mejores vistas imaginables, que incluyen las montañas, los  bellos helechos  arborescentes, excelentes para la ornamentación, la densa vegetación y la abundancia de manantiales que propician al viajero, aparte de lo espectacular, un ambiente  refrescante.

El proyecto original del viaducto o puente voladizo en la loma de La Farola,  fue del ingeniero Isoba García, quien también trabajó en obras como el Pabellón Cuba y Coppelia de la Habana, además de la terminal pesquera de Cienfuegos. Hoy ee  una obra que abre la ventana de Baracoa al mundo y cautiva tanto a visitantes nacionales y extranjeros desde sus aceras, parqueos y miradores, por la contemplación del paisaje boscoso de montes pluvisilvas. 

Llegar a la encantadora ciudad paisaje a través de esta maravilla ingenieril,  es sentirte atrapado por los encantos de la naturaleza que exhibe y por lo constituye para los cubanos:  un regalo a la riqueza y verdor de nuestros protegidos ecosistemas de montaña en la región montañosa de la oriental provincia de Guantánamo. 

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