Garantizan en Guantánamo alimentación a adultos mayores en sus domicilios

Guantánamo.- Más de tres mil adultos mayores en Guantánamo, grupo de riesgo vulnerable a la COVID-19, reciben el servicio diario de almuerzo y comida a domicilio, mediante el Sistema de Atención a la Familia (SAF).

En cumplimiento de una orientación de la máxima dirección del país para evitar el traslado y aglomeración de esas personas e impedir que se expongan al contagio de la pandemia, un grupo de trabajadores garantizan el humano gesto en las 107 unidades que existen en los 10 municipios del territorio, significó Valentín Rojas Pérez, director provincial de comercio.

Recordó el directivo que el SAF, en funcionamiento hace 24 años en el país, está concebido para complementar la alimentación a adultos mayores, personas con discapacidad, embarazadas con alto riesgo y casos sociales críticos, con insuficiencia de ingresos y carentes de familiares obligados en condiciones de prestar ayuda.

Precisó también que las ofertas son a muy bajos precios, y que esta ayuda no sustituye a la canasta familiar mensual, puesto que la cuota recibida por cada cubano durante todo el año se le mantiene a los amparados con ese sistema.

De la experiencia en la aplicación de esta medida preventiva contra la COVID -19 atestigua Lázaro Castro Alfonso, administrador del Restaurante La Cienfueguera, de la ciudad de Guantánamo, quien en el comedor del SAF atiende a 91 adultos mayores del Reparto Caribe y otros barrios aledaños en el norte de la capital provincial.

Comenta que a las cinco de la mañana inicia la elaboración de los alimentos para que los ancianos los reciban temprano y son trasladados en sus vasijas personales, luego de la desinfección con agua clorada antes y después del servicio.

El menú siempre incluye entre cinco y seis ofertas, hace unos días se ha estabilizado el pollo como plato fuerte en diferentes variantes, aunque también se les ha servido croquetas y vísceras, además de potaje de frijol, arroz, vianda, ensalada de vegetales, postre, un gran esfuerzo en medio de las dificultades económicas del país, subraya.

Cerca de las 11 comienza la distribución por los trabajadores en recorridos que pueden resultar largos y agotadores por el sol,-puntualiza-, se les entrega en sus casas a los beneficiados y también se les pregunta por su estado de su salud o cualquier otro problema.

Reconoce que si bien la mayoría de los ancianos espera la comida en su hogar, otros no se encuentran en su domicilio cuando se la llevan, por lo cual deben insistir en dos o tres viajes para entregársela, y algunos todavía van a buscarla ellos mismos, a pesar de la insistencia en que no salgan a la calle.

Encomió la actitud y el sacrifico de los trabajadores de la unidad, que llegan temprano todos los días para garantizar este servicio, y lo hacen complacidos, una actitud que refleja el legado altruista del comandante en jefe Fidel Castro, así como también el humanismo de esta medida para auxiliar a los más vulnerables, enfatiza.

Gisela López Lamothe y Alicia Iznaga Jhonson, cocinera y dependienta, respectivamente, manifiestan que asumen conscientemente la tarea por los momentos delicados que se viven con esta enfermedad y que para cumplirla madrugan cada jornada, siempre con el apoyo de la familia.

Mientras, puertas adentro de sus casas Miguel Ángel Tirado y Ramón de Armas Martín agradecen el gesto, puesto que no pueden andar en la calle por la edad y la enfermedad que los aqueja, la comida tiene muy buena calidad y un precio irrisorio, -aseguran-, y la muchacha nos atiende muy bien.

Ramón, de 73 años, es diabético crónico y padece de una linfangitis, y opina que además de protegerse del coronavirus con esta iniciativa, se siente muy contento porque es atendido, “nuestro gobierno nunca olvida a sus ciudadanos”, enfatiza.

Por la alta esperanza de vida en Cuba, más del 20 por ciento de su población supera los 60 años de edad, y en Guantánamo, considerada una de las provincias más jóvenes del país, más de 94 mil 140 habitantes rebasan las seis décadas de existencia, el 18,3 por ciento de la población total, un sector vulnerable pero centro de las políticas de cuidado ante la pandemia de la COIVD-19.

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