Guantánamo.- Promover la diversidad lingüística y cultural es el propósito por el cual la UNESCO instituyó el 21 febrero de 2000 como el Día Internacional de la Lengua Materna, un intento por preservar todos y cada uno de los idiomas que se utilizan en el mundo.
La fecha tiene como punto de partida una sangrienta represión en 1952 que ocasionó la muerte de dos estudiantes universitarios a manos de la policía, durante la marcha del Movimiento por la Lengua Bengalí en Bangladés (antes conocido como Pakistán Oriental) que reclamaban sus derechos para pronunciarse en ese idioma.
La lengua materna es la primera que aprendemos; por lo que toda iniciativa en aras de su protección y difusión es válida, además de constituir punto de partida para estimular la variedad lingüística y la educación multilingüe, pero también y por qué no, para inspirar a la solidaridad basada en el entendimiento, la tolerancia y el diálogo.
Muchas personas hablan una misma lengua toda su vida, sin embargo, llama la atención el hecho de que hay idiomas que están en peligro de extinción; con lo cual muchos se verían obligados a aprender otro para poder desarrollar sus actividades cotidianas.
Baste decir que de las aproximadamente 7 mil lenguas existentes en el mundo, casi la mitad está en peligro de desaparición. Todos los años, al menos 10 idiomas se pierden…
Este año el lema que preside las actividades es “Hacia un futuro sostenible a través de la educación multilingüe”, un importante recordatorio para que el potencial de la enseñanza plurilingüe se reconozca en el mundo entero, en los sistemas pedagógicos y administrativos, en las expresiones culturales, en los medios de comunicación, en el ciberespacio y en los intercambios comerciales.
En Cuba, por ejemplo, donde somos dicharacheros y ocurrentes tenemos nuestra norma que se enriquece con modismos y elementos que refrescan nuestro idioma, lo cual es perfectamente plausible siempre y cuando no haya cabida para la chabacanería, vulgarismos y otros vicios de dicción, labor donde la familia y la escuela juegan un papel determinante.
La preservación de la Lengua Materna es esencial para garantizar esa herencia que recibimos de nuestros padres, abuelos… y sirve también para que todas las poblaciones logren un acceso real a una educación de calidad, eliminando esas diferencias lingüísticas que solo generan límites para las poblaciones minoritarias.