Guantánamo. – Era la mañana de la Santa Ana y Santiago de Cuba estaba, como por estos días, de carnaval. Corría el 26 de julio de 1953, año del centenario del más universal de los cubanos; José Martí y fue también el momento escogido por aquel grupo de jóvenes cubanos, con Fidel Castro al frente, para atacar al cuartel Moncada.
Las injusticias y desigualdades formaban parte del triste panorama que vivía el país con una situación precaria en aspectos tan sensibles como como la salud, la educación y el empleo. Era el momento de avivar la llama de la rebeldía que había prendido en 1868 para comenzar a iluminar el camino de la soberanía.
El propósito del asalto era desencadenar la lucha armada contra la tiranía de Fulgencio Batista y su gobierno instaurado a raíz de un golpe de estado el año anterior. Se escogió al Moncada porque era la segunda fortaleza militar de Cuba, ocupada por unos mil hombres y su distante ubicación de La Habana dificultaría el envío de ayuda. Pero además fue en Oriente donde se iniciaron las tres guerras independentistas en el siglo pasado y su pueblo se caracterizó siempre por un espíritu de lucha.
A la par se desarrollaba una acción similar el cuartel Carlos Manuel de Céspedes, en la vecina Bayamo.
Los 135 jóvenes salieron alrededor de las 4 de la mañana de la Granjita Siboney, pero eran inferiores en número y armas, no pudieron tomar la fortaleza.
La prensa oficialista informó que había sido una acción de un grupito de “revoltosos”, casi todos provenientes de la Habana que pretendían desestabilizar al país…y luego comenzaron a salir a la luz las fotos de cadáveres torturados y hasta mutilados, de parte de los asaltantes… Batista ordenó eliminar a diez revolucionarios por cada soldado del régimen muerto en combate. La masacre se generalizó y fueron asesinados la mayoría de los asaltantes. Los sobrevivientes fueron detenidos tras feroz cacería, enjuiciados y condenados a prisión.
Entre los que pudieron escapar de la sangrienta represalia figura Fidel Castro, quien no obstante fue detenido más tarde y sometido a un juicio donde devino acusador, en vez de acusado a través de su histórico alegato conocido como La historia me absolverá.
El asalto al cuartela Moncada terminó en una derrota militar; sin embargo, tuvo una trascendencia extraordinaria para el pueblo cubano y para el movimiento de liberación nacional que se iniciaba y concluyó con el triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959.
A 64 años de la gesta, Cuba es un país sometido por más de medio siglo a un férreo bloqueo económico, financiero y comercial, y además extraterritorial, por parte de los Estados Unidos, lo cual ocasiona millonarios gastos y carencias al pueblo. También hemos sido objeto de todo tipo de agresiones, sin embargo, el programa del Moncada fue cumplido.
Educación, Salud y Deportes, son tres de las grandes conquistas de la Revolución, el problema de la tierra, de la vivienda, de la equidad son otros de los aspectos erradicados y que esta isla exhibe hoy como expresión de aquellos valientes hombres que alumbraron no solo la mañana de la Santa Ana, sino el futuro de un país que aún sigue en pie de lucha por la preservación de sus conquistas en perenne homenaje a la Generación del Centenario y su eterno líder, Fidel Castro.