El guantanamero Gaspar Sotolongo pudo ser otra víctima del Crimen de Barbados

El guantanamero Gaspar Sotolongo pudo ser otra víctima del Crimen de BarbadosGuantánamo.- El guantanamero Gaspar Sotolongo, en 1976 miembro del equipo nacional juvenil de esgrima, pudo ser otra víctima del Crimen de Barbados, y para él cada seis de octubre es volver a verle la cara de cerca al terrorismo e indignarse por la aún impunidad de aquel abominable acto.

Para estas fechas es inevitable revivir la infausta noticia, señaló hoy a la ACN Sotolongo, quien ahora funge como segundo jefe de la Misión Cubana Barrio Adentro Deportivo, en Venezuela, y hace 41 años, con apenas 19 primaveras era atleta de alto rendimiento de florete, listo para los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en la nación de Bolívar.

De vacaciones actualmente en su pueblo natal, tras 12 meses de trabajo en la hermana nación, este guantanamero rememora con pesar aquel día en que se conoció de la asesina explosión del DC-8 de Cubana de Aviación, frente a las costas de Barbados, donde perdieron la vida 73 personas, incluidos sus 24 compañeros del equipo juvenil de esgrima.

Previo al viaje su nombre figuraba entre los que representarían a Cuba en el certamen pero, un día antes, supo que por disposición de la Federación Internacional de la disciplina los equipos de cinco integrantes se reducirían a tres, lo que por azar del destino lo libró del monstruoso atentado.

Meses antes –recuerda- asistió con la misma selección al torneo de países socialistas Esperanzas Olímpicas, donde su equipo juvenil conquistó Medalla de Bronce, nivel que le abrió las puertas al campeonato de mayores en octubre, en Caracas, del que regresaban victoriosos los cubanos víctimas del sabotaje en pleno vuelo.

Este suceso que arrebató la vida a un total 57 cubanos, 11 guyaneses y cinco norcoreanos, enlutó a la Isla y en lo personal me afectó grandemente, apunta Sotolongo quien argumenta que no podrá olvidar que allí perdió a buenos compañeros, como los guantanameros Juan Duany González y Ramón Infante García.

El primero de esos jóvenes, entonces con 27 años de edad, era integrante del equipo nacional de espada desde 1968; mientras el segundo, de solo 18 años, era considerado una de las futuras promesas en la modalidad de sable.

Como en aquella ocasión entre la multitud a la que habló Fidel en la despedida de duelo de las víctimas, volvió a conmoverse hoy Sotolongo, durante la conmemoración de la efeméride en la Escuela Provincial de Iniciación Deportiva, donde se exigió la condena a Luís Posada Carriles, autor intelectual del crimen.

Se sumaron a la demanda familiares de los caídos, entre ellos Juana González, madre de Juan Duany González, quien reafirmó una vez más no claudicar en el repudio a injusticias, como esta con probados vínculos con la Agencia Central de Inteligencia estadounidense, cuya impunidad alienta el incremento de actos terroristas que enlutan al planeta.

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