Guantánamo. – La más oriental de las provincias de Cuba alcanza una tasa de mortalidad infantil de 4,7 por cada mil nacidos vivos al cierre de septiembre, indicador que constituye una expresión de lo realizado durante el año para perfeccionar la labor del Programa de Atención Materno-Infantil (PAMI) en Guantánamo.
En 2016 el país aspiraba al mejor resultado en la historia, situando por debajo 4,0 el indicador que expresa el desarrollo social integral de la nación, comparable con los que muestran algunos países del llamado primer mundo.
Lo impidió este territorio al concluir el año con una tasa de 6,3 debido, entre otras causas, al insuficiente control del riesgo pre-concepcional desde los consultorios médicos y grupos básicos de trabajo; el elevado índice de niños con bajo peso al nacer y los partos de madres consideradas de riesgo, como las adolescentes.
La tasa obtenida hasta el cierre del noveno mes representa una disminución de cuatro defunciones en niños menores de un año con respecto a igual período de 2016, gracias al trabajo desarrollado para disminuir el impacto de las afecciones perinatales, la influenza y neumonía, y las anomalías congénitas.
En el lapso se redujo la mortalidad materna a 22,0 por cada 100 mil nacidos vivos, como resultado de reportar un solo deceso contra cinco en igual período anterior.
No obstante esos avances el director de Salud Pública en Guantánamo, doctor Roilder Romero Frómeta, recién afirmó ante la Asamblea Provincial del Poder Popular, que para que el territorio obtenga una mortalidad infantil similar a la deseada por el país hay que completar los grupos básicos de trabajo y lograr su buen funcionamiento a partir de las normas que rigen el PAMI.
Señaló además como prioridades que los médicos de la familia capten de forma oportuna a las embarazadas y les den el adecuado seguimiento posterior, la realización de acciones preventivo-educativas para evitar enfermedades que atenten contra las gestantes y cumplir en las fechas previstas con sus ingresos antes del parto.
Destacó que otras preferencias son la continua mejora de las condiciones de ingreso de las embarazadas y madres recién paridas, y alcanzar el completamiento de especialistas en servicios importantes, como la sala de cuidados intensivos pediátricos del hospital Octavio de la Concepción y de la Pedraja, de Baracoa.
Conseguir un indicador por debajo de la 4,0 de mortalidad infantil este año sería un hito histórico para el sistema sanitario cubano, en medio de las dificultades económicas presentes en 2017 y la persistencia del criminal bloqueo norteamericano.