“Calendario: vivir como se puede”

Por: Jordanis Guzmán Rodríguez

Guantánamo.- Un punto de giro estremecedor que lo ha de cambiar todo para Orestes, aconteció en los finales del capítulo de este domingo; un punto de giro efectivo, cocinado a fuego lento por un Amílcar Salatti que no decepciona, aunque por momentos se extrañe el tratamiento mucho más minucioso de algunos tópicos y conflictos.

El violento comienzo del episodio con un Ignacio dejando al descubierto toda su vileza, le confirió el tono preciso para discursar sobre los chantajes y agresiones explícitas a los que son expuestos nuestros adolescentes, en entornos aparentemente amigables pero que pueden torcer destinos.

Emotivo fue ver las paredes cubiertas con retratos del hermano muerto de Leonardo, en la habitación de su padre. Tal escena nos habla del dolor, lo terrible que es perder a alguien que por ley natural debería vivir más. Este drama familiar de Leo y su familia, refuerzan las motivaciones del muchacho para consumir sustancias; un peligro real por el que pasan muchos de los niños y jóvenes que conocemos, sin que apenas nos demos cuenta: verdades solapadas por los rincones y que una serie como esta sabe evidenciar desde la sutileza y el respeto.

Uno de los logros de esta temporada, es convertir a un antihéroe en el par romántico de Amalia, y que logremos, luego de mucho esfuerzo, empatizar con él. Esta relación de Amalia y Raúl es mucho más compleja y contrariada que la de la temporada anterior. Aquí hay dos personajes con una química increíble, pero con personalidades fuertes, arrolladoras, enfrentados a ellos mismos y a sus inseguridades. Salatti logra en muy poco tiempo construir el arco de esta relación, que ha de tener dos caminos posibles a nivel dramatúrgico; pero eso es algo que solo el devenir de la serie nos dirá.

Hermosa fue la breve participación de Maykel en una videollamada a su eterna amiga Melissa. Fue este un emotivo guiño a esas amistades que perduran pese las distancias y las migraciones: realidades tan cercanas a nosotros que casi podemos tocar.

Las intenciones de Beyoncé con Bruno son muy claras, por eso no le importó saber del acercamiento del muchacho a una Frágil y temerosa Inés, que no está aún preparada para tener sexo luego del abuso del que fue víctima. Bruno cedió a la tentación de estar con una chica bonita, aunque de Beyoncé solo le atraiga su cuerpo, más no su calidad humana y sus principios.

Sofía y Natalia comienzan a vivir una hermosa relación, pese a los temores y prejuicios de la primera y el desenfreno de la segunda. La escena del primer beso entre ambas, fue oportuna, imprescindible para graficar un amor como este, aunque algunos en casa estén horrorizados u otros, en los que me encuentro, consideren que a las actrices les falta química juntas.

El dinero por encima de todo: esa es la premisa de vida de Dayamí , la madre de Gustavo que no le importa que su hijo termine con un sesenta en español, siempre y cuando le ayude a traer pacotilla de Rusia , México o Panamá. Es esta, otra de las realidades que Salatti sabe contar muy bien, al punto de parecernos estar viendo una conversación real entre una profesora y una madre.

Pese a lo difícil que se lo ponga Gustavo y Dayamí, Amalia no desfallece en su labor de iluminar almas e inocencias, por eso su regalo al muchacho fue lo más “insignificante” que alguien le haya obsequiado alguna vez.

Otra dura realidad tan presente en nuestras dinámicas sociales, tomó cuerpo de la mano del profesor Alfonso: la decisión de abandonar Educación para mejorar su economía no es algo que nos sea ajeno. Todos los días nos topamos con historias parecidas e igual de desgarradoras. Renunciar a una vocación para llenar la mesa es algo que no debería suceder ni en este ni en otro sistema.

Jorge Enrique Caballero terminó por sacar toda su fuerza actoral en este episodio. El poder de su mirada, la contracción de sus músculos, la seguridad al emitir los diálogos, redondearon la naturaleza vil del personaje: un arquetipo bien construido desde el guion, pero calzado en la interpretación de Caballero.

Como diría Cecilia, uno vive como puede y no como quiere; fue tal vez esa la gran premisa de este capítulo: las circunstancias personales de cada quién condicionan las decisiones que tomamos. En este juego de la vida, no hay malos ni buenos, simplemente seres humanos que tienen que elegir.

Tomado de Telenovelear

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