Unas 21 jornadas estuvo el Apóstol de Cuba en territorio guantanamero, luego de su regreso a la Patria para el inicio de la Guerra Necesaria por la independencia.

Durante su estancia en la más oriental de las provincias , muchos fueron los acontecimientos que protagonizo y que marcaron el rumbo de la nueva contienda libertaria, pero uno en particular guarda con orgullo el pueblo en su memoria. Historiadores y pobladores de esta región mantienen vivo el momento al pasar de generación en generación el testimonio que con vehemencia cuenta en detalles lo ocurrido.

El 15 de abril de 1895 un trascendental acontecimiento marcó la vida del Apóstol.  Por decisión de los grandes jefes militares, José Martí, fue ascendido al grado de Mayor General del Ejército Libertador, a 4 días de haber desembarcado por Playita de Cajobabo.

El acontecimiento fue descollante, pues fusionó por primera vez la estructura política con la militar, al convertir al Delegado, fundador y guía del Partido Revolucionario Cubano, en uno de los principales jefes militares.

El 15 de abril de 1895 José Martí escribió en su Diario de Campaña: “Gómez, al pie del monte, en la vereda sombreada de plátanos, con la cañada abajo, me dice, bello y enternecido, que, aparte de reconocer en mí al Delegado, el Ejército Libertador, por él su jefe electo en consejo de jefes, me nombra Mayor General. Lo abrazo. Me abrazan todos. —A la noche, carne de puerco con aceite de coco, y es buena”.

Así de simple, quizás sorprendido, describe el Apóstol su ascenso al importante grado militar a propuesta del Generalísimo Máximo Gómez como justo reconocimiento a su decisivo papel como organizador de la Guerra Necesaria y su talento estratégico que sentó las bases de la doctrina política y militar cubana en la gesta independentista.

El nombramiento tuvo lugar en el intrincado lugar en territorio de la actual provincia de Guantánamo, situado en las sierras de Imías y  conocido como Vega Batea, junto al Rancho de Tavera, señalizado hoy entre los campamentos de la Ruta Martiana, distinguida como Monumento Nacional.

El sitio,  se incluye bajo la guardia y cuidado del Museo municipal 11 de abril de Cajobabo, institución que suele recibir diversas visitas de interés, y ser escenario de ceremonias de ascenso a grados inmediatos superiores de oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, y el Ministerio del Interior.

 

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