Para hablar de Georgina Berroa Navarro, no se puede hablar en pasado, cuando solo existe un presente en su obra y aún las paredes del Centro Científico para el Desarrollo de la Montaña, portan su aroma. Sencilla, humilde y una guía para todos sus compañeros, Georgina, no tenía horario cuando se le llamaba al deber. Ella, en la serranía guantanamera, multiplicó sus frutos en el trabajo y echó raíces en el amor… Así la conocemos a través de esta crónica del periodista Uris Salvat…

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