Transformar la prensa: una encomienda constante e inaplazable (+ Infografía)

Guantánamo. – “Hay que transformar la prensa, acercarla más a los públicos, atemperarla al contexto político, económico y social en el que se desarrolla”. No se trata de una frase hecha, aunque si se ha repetido y se repetirá mientras existan reporteros inconformes, perfeccionistas, dispuestos a superar su tarea en cada jornada.

El deseo de ser mejores, de llegar más a las audiencias, reflejar las agendas pública, política e institucional, priorizando el bienestar de las mayorías, son improntas que definen, hoy y siempre, el trabajo de los hacedores de la prensa.

Ha pasado algún tiempo desde mi llegada a este oficio-profesión-arte, que tiene mucho de las tres esferas, pues solo con la práctica se alcanza la experiencia y en casos afortunados, la maestría; el estudio, la necesidad constante de superación, contribuyen a que la obra final sea mejor… mientras que la sensibilidad, el espíritu creativo, el empleo del verbo transformador y oportuno, hacen del ejercicio del periodismo una tarea de titanes, durante cada día.

Una prensa mejor será siempre indispensable, sobre todo en una sociedad como la cubana, en la que se trabaja para perfeccionar el proyecto de país, por el que apostamos, desde 1959. Entre las premisas que definen la actualización del sector comunicacional cubano, se encuentran la creación de nuevos modelos de gestión de la información para los medios, que les permitan mayor independencia económica, posibilidades de mejorar la tecnología en función del ejercicio reporteril, así como la reconfiguración de los discursos.  

Muchos de mis colegas coinciden también en que las tecnologías de la información y las comunicaciones, e Internet como plataforma de divulgación de los contenidos, marcan también los modos de hacer, el lenguaje a emplear, el alcance del hecho noticioso, más allá de las fronteras físicas que anteriormente limitaban la difusión de los acontecimientos, por mencionar algunos elementos.

Ante ello, solo queda apostar por un desempeño más comprometido con la verdad, más inconforme, más integral, más creativo, que nos saque constantemente de nuestras zonas de confort, donde prime la calidad del contenido, más allá de las formas en las que el mismo se transmite.

El periodismo es una profesión que genera gratitudes e insatisfacciones en quienes lo reciben y aquellos que lo ejercen. Cada reportero que conozco puede escribir un libro de curiosas anécdotas, repletas de sapiencia; algunas podrían ser páginas jocosas, asombrosas o llenas de humanismo. Lo cierto es que el periodismo debe reflejar la sociedad en la que se desarrolla, con sus luces y sombras, para destacar lo que corresponda, señalar las sombras y ofrecer soluciones tentativas, desde un punto de vista analítico y profundo.

El ejercicio de la prensa será tan profundo como quienes lo ejecuten e igualmente útil en correspondencia con el uso que se le dé, en cada contexto, a los contenidos publicados. Mucho es lo que podemos decir del periodismo, pues no en vano estamos hablando del “oficio más bello del mundo” y para terminar estas reflexiones les dejo la siguiente infografía que recoge algunas de las concepciones erradas al respecto de esa profesión.    

 

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