Rusia introdujo limitaciones para Estados Unidos en el marco del tratado de cielos abiertos, como respuesta a las restricciones puestas en práctica en su momento por las autoridades norteamericanas.
Como anunció recientemente la vocera de la Cancillería rusa, María Zajarova, Moscú suspenderá la acción del referido acuerdo en tres de sus aeródromos para el caso específico de la inspección de aviones norteamericanos.
Zajarova llamó a la Casa Blanca a cooperar en la aplicación del referido arreglo,
firmado el 24 de marzo de 1992 por 23 estados miembros de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), en Helsinki, y ratificado por Rusia en el 2001.
La portavoz aconsejó a Washington a dejar a un lado las acusaciones infundadas del Pentágono sobre un supuesto incumplimiento por Moscú del tratado, el cual prevé la inspección recíproca de sus países firmantes mediante vuelos de reconocimiento a instalaciones militares.
Washington introdujo limitaciones a los vuelos de los aparatos aéreos rusos en Hawái y Alaska, bajo el pretexto de que Moscú puso en práctica un sublímite de 500 kilómetros para los vuelos norteamericanos sobre el enclave de Kaliningrado, en lugar de los 5 500 establecidos.
En septiembre, el diario The Wall Street Journal adelantó algunas de las medidas estadounidenses para limitar la inspección de los aviones rusos en sus instalaciones.
Rusia también suspendió la aplicación del acuerdo para los casos de vuelos nocturnos.
Por otro lado, Rusia denuncia la negativa de Georgia a abrir su espacio aéreo para el vuelo de sus aviones, lo cual, afirma, pone en riesgo el funcionamiento global del tratado, firmado en su momento por esa república exsoviética en su condición de miembro de la OSCE.
Tiflis se niega desde hace varios meses a dar un visto bueno a esa posibilidad ante la Comisión de Consulta del mencionado acuerdo, denuncia Moscú. La próxima sesión de ese órgano consultivo se realizará en este mes, en Viena.
