La emoción regresará a los tabloncillos en la sala 19 de Noviembre el próximo sábado con el inicio de la disputa por el cetro de la Liga Superior de Baloncesto (LSB) entre Matanzas y el local Pinar del Río, una final sin precedentes.
Ambos contendientes contarán con el incentivo de alzar por vez primera la corona de este certamen. Los yumurinos poseen dos subcampeonatos en la década anterior, y los vueltabajeros hacen su estreno en estas instancias.
La lucha por el título proseguirá el día 2, igualmente en territorio pinareño para después trasladarse el 5, 6 y 8 al cuartel general de la «maquinaria roja», en la Eide Luis Augusto Turcios Lima. De ser necesario, en este play off al mejor en siete choques, continuaría el 11 y 12 de abril nuevamente en Vueltabajo.
A priori es muy difícil vaticinar un conjunto favorito. Durante la etapa
clasificatoria los dirigidos por Andrés González ganaron 2-1 sobre los matanceros (71-65; 67-56; 44-64) y, por lo visto en semifinales, lo sucedido en la etapa regular no aporta nada relevante, pues los lobos villaclareños contaban con 18 triunfos en 21 salidas y se vieron reducidos ante los yumurinos en la muerte súbita.
Pinar del Río es un equipo de baja estatura, veloz sobre la cancha y certero en los contraataques, con una disciplina táctica que le permite consolidar férreos planteamientos defensivos. Su referente lo constituye el base artemiseño Osmel Oliva, anotador de 86 cartones frente a Capitalinos en los cuatro juegos semifinales.
Matanzas realizó una sólida demostración de poder al desbancar a los villaclareños en solo cuatro enfrentamientos. Su fortaleza radica en la ofensiva, encabezada por un «trío de terror»: Dany Torriente, Yunieski Molina y Yoan Rodríguez, a quienes se les suma el refuerzo avileño Williams Granda.