Yamichel Pérez, amansador de toros

En un desafío tenso, digno de una final pese a los desaciertos defensivos y el infortunado altercado en el octavo capítulo, el conjunto matancero alcanzó una importante victoria y amenaza con ponerle el punto definitivo a la 59 Serie Nacional de Béisbol.   

Ambos elencos mostraron inmensos deseos de ganar, pero el viento sopló una vez más en favor de los yumurinos, quienes a la postre se impusieron con marcador de cinco anotaciones por tres, y ahora están al borde de proclamarse campeones, casi 30 años después de conquistar su última corona en estas lides.

Con dicho resultado a los Toros de la Llanura prácticamente se los tragó la tierra, pues están obligados a vencer hoy para seguir con vida y garantizar el regreso a sus predios del Cándido González, donde tendrían que ganar los otros dos.

La situación es muy compleja, pero no estamos vencidos, admitió el mentor Miguel Borroto en la conferencia de prensa. 

Yamichel Pérez volvió a hacer de las suyas. Aunque algunos, sin mala fe, vaticinaban que por ley de las probabilidades ya le tocaba perder; el zurdo respondió de un modo espectacular y detuvo la ofensiva rival por espacio de ocho entradas.

El pitcheo del yayabero fue todo un enigma para los bates de sus contendientes, al punto de que el primer jit se lo conectó Alexander Ayala a la altura de la cuarta entrada, ya con un out en el pizarrón. Sin ningún recurso fuera de lo común, es una prueba tangible del valor enorme de su dominio.

Partiendo de un control exquisito de la zona, utilizó la curva y el cambio de velocidad de forma convincente, sobre todo para salir airoso en momentos cruciales del partido. Pero lo más importante, la clave, fue su inteligencia en la lomita de lanzar para evitar que los bateadores se le acomodaran.

El mentor agramontino debió estar muy preocupado cuando en el tercer capítulo la selección yumurina le marcó dos carreras al refuerzo pinareño Frank Luis Medina, entrada que abrió Blanco con doblete y en la que se combinaron otros dos imparables y dos pifias, una del propio lanzador, la cual costó carrera.

Pero el partido volvería a iniciar en el quinto. En la parte alta de ese episodio sobrevino la mejor reacción de los visitantes, quienes abrieron ese capítulo con biangular y, ya con dos outs en el pizarrón, marcaron una y luego empataron el choque, lance en el que pesó un error del paracorto Arruebarruena.

Así, con empate a dos carreras, marchó el pleito hasta la conclusión de la séptima entrada, cuando los Rojos volvieron sobre los envíos del refuerzo pinareño que, en honor a la verdad, lo hizo bastante bien y fue de menos a más, pues llegó a retirar por su orden a ocho bateadores.

En esa entrada, sin embargo, César Prieto le despachó cuadrangular por el jardín izquierdo y a seguidas Raico Santos le dio jit para decretar su expulsión. A la postre los matanceros hicieron un racimo de tres carreras. Por su ofensiva también sobresalieron Jefferson Delgado y Eduardo Blanco. 

En el noveno, ya con Yosvani Torres en calidad de apagafuegos, los Toros de la Llanura lograron una carrera más, pero el pinareño metió el brazo y se adjudicó punto por juego salvado.

El director camagüeyano se mostró inconforme con el trabajo arbitral detrás del plato, aclaró que el pelotazo del octavo no fue intencional, tuvo palabras de elogio para la afición yumurina y dijo estar confiado de poder ganar hoy para llevar la disputa hacia la tierra de los

tinajones.

Armando Ferrer alabó el desempeño de sus adversarios, lamentó la salida por lesión del receptor Ariel Martínez, y dijo que los Cocodrilos jugaron con garra y supieron crecerse en los momentos difíciles.

No vamos a relajarnos, este jueves saldremos a luchar duro, dijo ante la lógica pregunta de si esto se acaba hoy aquí en el estadio Victoria de Girón, desbordado de aficionados una vez más. 

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