Voluntad hidráulica: Una obra de la Revolución Cubana

Guantánamo.- Cuando el 10 de agosto de 1962 fue creado el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), nacía un programa trascendental para el presente y el futuro del archipiélago cubano, pues se crearon las bases para almacenar y distribuir el recurso fundamental del hombre: el agua.

La idea del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, promotor e impulsor del programa conocido como la Voluntad Hidráulica, de inmediato dio frutos porque surgieron presas, canales magistrales y otros para beneficiar a la población, las industrias y el riego de importantes áreas agrícolas.

El amplio programa inversionista llegó a la oriental provincia de Guantánamo y ello posibilitó la construcción de 6 presas, entre ellas La Yaya, La Jaibo y Faustino Pérez, ésta última de gran importancia para el abasto a la población de la capital provincial, con más de 200 mil habitantes.

Por su parte en la zona agrícola del Valle de Caujerí, en el municipio de San Antonio del Sur, se ejecutaron importantes obras hidráulicas como la presa Pozo Azul, y más recientemente el trasvase que une el Río Sabanalamar con ese embalse, para el riego de las plantaciones que producen alimentos.

De igual manera vale resaltar la labor de los más de Dos mil trabajadores del sector en Guantánamo, con el apoyo del INRH y otras provincias, en la recuperación en tiempo record de los 63 acueductos destruidos por el huracán Matthew en octubre de 2016,  que afectó a 78 mil personas en los municipios de Maisí, Baracoa, Imías, San Antonio del Sur y Yateras.

Hablar de la Voluntad Hidráulica en Cuba es hacer referencia a Fidel, quien fuera el impulsor número uno, porque en su pensamiento estuvo que las presas serían útiles para controlar las aguas, evitar inundaciones y disponer de una reserva suficiente para todas las necesidades de orden humano, agropecuario e industrial.

Con ese programa vital, Cuba impulsó un rápido y sólido movimiento que creó capacidades humanas, infraestructura y mecanismos que hoy ponen al país en una posición privilegiada para enfrentar los fenómenos de excesos (inundaciones producto de tormentas y ciclones) o falta de agua (sequías) y sus secuelas de destrucción y muerte.

De mucha importancia para el país resulta, igualmente, la Ley de Aguas Terrestres aprobada el 14 de julio de 2017, por la Asamblea Nacional del Poder Popular, dirigida a ordenar la gestión integrada y sostenible del recurso vital, renovable y limitado, en función del interés general de la sociedad, la salud, el medio ambiente y la economía.

 

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