Vilma: firmeza, lealtad, ternura y pasión

Guantánamo.- El 18  de junio pero del año 2007, en toda Cuba lamentamos  la desaparición física de Vilma Espín Guillois, la Déborah de la clandestinidad y el Segundo Frente Oriental “Frank País García”, la combatiente del alzamiento en Santiago de Cuba, el 30 de noviembre de 1956, la artífice de la emancipación de las mujeres cubanas.

Desde muy joven, Vilma abrió las puertas de su casa  para proteger a los asaltantes del cuartel Moncada y por sus méritos revolucionarios, integró  la Dirección Nacional del Movimiento 26 de julio. Se incorporó al Ejército Rebelde, en junio de 1958, y se convirtió en la legendaria guerrillera del II Frente Oriental Frank País y eficaz coordinadora del movimiento clandestino de Oriente con el territorio del Frente.

Los  guantanameros, y fundamentalmente las mujeres, recuerdan a la también luchadora incansable por la autonomía y la igualdad de la mujer desde su cargo de Presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), toda ternura y distinción.

Como  Presidenta de la FMC, organización que guió con todo amor,  intervino en la construcción de la Escuela para Campesinas Ana Betancourt y las Escuelas Nocturnas de Superación para Domésticas. También intervino en la creación de los hogares para niños sin amparo filial,  círculos infantiles, y el Centro Nacional de Educación Sexual, acciones para  favorecer la incorporación de la mujer al estudio y al trabajo.

Aún la recordamos durante su visita a la brigada femenina de recolectoras de café Tania la Guerrillera, aquí en Guantánamo aquel  el 19 de mayo de 1895, donde entregó la bandera de Milenarias a las campesinas que habían recolectado mil latas de ese rubro.

La provincia más oriental de Cuba, le abrió las puertas nuevamente el 14 de enero de 1990, cuando presidió el acto donde develó, en el Regimiento de Artillería Antiaérea, un monumento a Celia Sánchez Manduley. Posteriormente, el 24 de agosto de 1991, entregó a las combatientes de la Brigada de la Frontera, la bandera 23 de agosto, el más alto estímulo que confiere la FMC.  

Tu nombre, Vilma Espín Guillois, es sinónimo de firmeza, lealtad, ternura y pasión y aunque no estés físicamente entre nosotros, no has dejado de nacer, de vivir, de crecer.  Esto sucede porque tu presencia como  rebelde, pedagoga, guía y madre,  sigue en la mirada de trabajadora, en el rostro de la joven estudiante, de las niñas de los círculos infantiles, de las abuelitas que tejen sueños, de las maestras, las científicas, de todas las mujeres cubanas.

 

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