Vilma Espín Guillois: no has dejado de nacer, de vivir, de crecer…

Guantánamo.- No se puede pensar en ella sin evocar la plenitud de su vida. Ya ha pasado nueve años, sin embargo, la recordamos como si fuera ayer. Eran las 4 y 30 de la tarde del 18 de junio de 2007 y agencia internacional de noticias Prensa Latina emitía una nota oficial del Gobierno Cubano. Decía adiós a la vida Vilma Espín Guillois.

 

La heroína del llano y de la Sierra, de la clandestinidad, junto a Frank País y artífice de la emancipación de las mujeres cubanas, había nacido en Santiago de Cuba el 7 de abril de 1930. Portadora de gran astucia e inteligencia en las calles de Santiago querido la identificaba además, su ardiente deseo por la superación, la simpatía, el amor por la justicia y la modestia, valores sólidos que se forjaron desde muy temprano.

Hablar de la obra de Vilma Espín es una tarea fácil porque sabemos cuánto hizo por la Revolución, por las mujeres, por los niños. Sin embargo, se torna difícil porque nos preguntamos ¿de dónde sacaba tanta fuerza para proponer ideas, materializar sueños, organizar y apoyar cualquier tarea? Y la respuesta es: de su fuerza interior y del amor que entregaba.

Por su protagonismo nacieron las Casas para niños sin amparo filial, las Casas de Orientación a la Mujer y la Familia, el Centro Nacional de Educación Sexual, los círculos infantiles y la defensa del vínculo de la mujer a las tareas de la defensa del país. Ninguna forma de discriminación le era ajena.

Tenía una voz delicada y firme, atributos con los que reclamaba el derecho e igualdad de la mujer dentro de la sociedad en el escenario que fuera. Y estás presente en el rostro de la joven estudiante, de las niñas, de las abuelitas, de las obreras que salen a las calles en busca de nuevos sueños.

Ya no estás físicamente entre nosotros, pero tienes en este tu pedazo de tierra, el cálido abrigo, que sólo ofrecen los hogares a quienes regresan para siempre y por siempre. Estás Vilma Espín Guillois, en las tareas de la Revolución como rebelde, pedagoga, guía, madre, fiel compañera y combatiente. Por ello, sencillamente, no has dejado de nacer, de vivir, de crecer.

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