Una plegaria por Aretha Franklin (+ Videos)

Aretha FranklinGuantánamo.- La reina del soul, Aretha Franklin, la mujer que hizo vibrar tantos corazones y cuya potente voz arrancó más de una lágrima, acaba de fallecer en Detroit. Tenía 76 años, los últimos dieciocho los pasó combatiendo al cáncer de páncreas que finalmente le ganó la batalla.

De niña, ella y su familia viajaron por su país como parte de caravanas religiosas lideradas por Martin Luther King y vivió en carne propia la segregación racial cuando no les permitían entrar a restaurantes, entre otros negocios, o les negaban usar el baño de algunas gasolineras…

De ahí que su música también está ligada con las luchas por los derechos civiles en los Estados Unidos y su presentación en el funeral del reconocido activista por la igualdad de los afroamericanos, ha quedado para la posteridad.

 

Hizo de Respect prácticamente un himno feminista. Trata sobre un hombre que llega a casa cansado del trabajo y exige respeto de su mujer, sin embargo la interpretación de la Franklin invirtió el sentido del argumento; le quitó el tono machista para catapultarla a la fama que jamás perdió. 

Recuerdo en mis años del preuniversitario cuando veíamos a escondidas los sábados al mediodía Soul Train, un programa que se colaba en Guantánamo por las ondas televisivas no precisamente nacionales, como nos embobecíamos cuando las parejas bailaban al ritmo de sus melodías también difundidas en las emisoras del país y que balbuceábamos luego en las fiestas, como si nos las supiéramos de verdad.

Pero el momento que marcó mi admiración definitiva por ella, llegó con mis estudios universitarios cuando como parte del ejercicio para desarrollar la habilidad de audición debíamos completar determinadas canciones en inglés y I say a Little prayer fue una de ellas. Entonces letra y armonía cobraron un verdadero significado para convertirla en una de mis favoritas de todos los tiempos.  

La diva ganó dieciocho Grammy, fue la primera mujer en ingresar al Salón de la Fama del Rock and Roll, recibió la Medalla Presidencial de la Libertad -la mayor condecoración para un civil estadounidense- y cantó en la investidura presidencial de Barack Obama, entre otros reconocimientos, pero con esa sencillez que la caracterizaba el saberse admirada y querida por tantísimos seguidores en el mundo, tenía en un lugar muy especial en su corazón.

Murió Aretha Franklin, pero deja un inmenso legado a la industria de la música no solo de su país y hoy, pues quiero decir una pequeña plegaria por ella.

 

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