Una oportunidad para proteger el corazón

Una oportunidad para proteger el corazónInvertir en la prevención de las enfermedades cardiovasculares, que junto a los accidentes cerebrovasculares cobran anualmente la vida de 17 millones de personas en el mundo, es una urgencia y la solución más sostenible a esta epidemia, que en el contexto cubano ocupa los primeros puestos de la mortalidad del país.

De ahí que resulte excepcionalmente provechoso que Cuba haya sido la sede del IV Simposio Internacional Nuevas fronteras en investigación cardiovascular, que sesionó hasta este martes en el Hotel Nacional y centró sus debates en cómo lograr una mejor cardioprotección, y el control de los principales factores de riesgo, partiendo de la premisa de que la mayoría son evitables.

«Un grupo específico de líderes en la investigación cardiovascular decidimos reunirnos una vez al año y exponer los principales avances de cada una de nuestras instituciones y sus grupos en específico, en diferentes partes del mundo, y esta vez escogimos Cuba», explicó a Granma el doctor Derek J. Hausenloy, profesor de la Universidad Duke-National, de la Escuela de Medicina de Singapur y del Colegio Universitario de Londres, y uno de los organizadores de la cita, quien agregó que este intercambio ya se ha celebrado en Hawai, México y Singapur.

Para el doctor Klaus T. Preissner, del departamento de Bioquímica de la Escuela de Medicina Justus-Liebig, Alemania, «las enfermedades cardiovasculares constituyen un tema de muy alto impacto para la salud pública y requieren de una especial atención».

En ese sentido, expresó que el foco principal del simposio es precisamente la difusión de los resultados para garantizar la prevención de esos factores que promueven esa alta incidencia de dichas enfermedades. «Buscamos además incorporar expertos cubanos e integrarlos a la discusión científica y que haya una interacción y colaboración real entre los expertos internacionales y locales, que permita un avance hacia el futuro de la investigación cardiovascular».

Asimismo, el doctor Preissner, manifestó estar impresionado de la solidez científica tanto en el nivel preclínico experimental como en la clínica, de las presentaciones de los expertos cubanos y la satisfacción de estar en Cuba.

Mencionó como uno de los retos fundamentales, el continuar fomentando y reforzando los estudios relacionados con factores de riesgo que se pueden controlar, como es el caso del tabaquismo, la obesidad, y el estrés, pero además incentivar la investigación de los factores genéticos que no son modificables, pero sin embargo brindan información precisa en las personas de cuáles son los antecedentes y causas de la aparición de estas enfermedades cardiovasculares. «Toda esta investigación relacionada con factores de riesgo modificables o no, podrían generar programas de prevención para garantizar disminuir la incidencia y prevalencia de este tipo de enfermedades».

Al respecto, subrayó que la colaboración internacional científica es fundamental para el avance en este campo de la ciencia. «Cuba con su potencial científico demostrado en este y otros eventos garantizaría un alto nivel en la investigación en este campo. Los expertos de Europa, específicamente de Alemania, tienen disponibles programas de financiamiento con sumo interés de fomentar la cooperación con expertos cubanos, tanto en el campo preclínico como clínico, y este tipo de encuentro donde interactuamos cara a cara de manera profesional, mejora e impulsa el intercambio para establecer proyectos de colaboración.

«Podría de ese modo impulsarse la preparación o entrenamiento de investigadores o doctores jóvenes cubanos en instituciones de alto nivel en Alemania, o de otros países presentes en este evento, que garantizarían a su regreso la aplicación de todo ese conocimiento de alto nivel en la investigación nacional para el avance de un problema de primera importancia en el país y el mundo», dijo.

Del mismo modo, afirmó estar sorprendido de cómo está organizado el sistema de salud cubano, desde el nivel primario garantizando una cobertura de médico por habitante más alta que muchos países del primer mundo. «Esta ventaja, de poder llegar a cada persona no solamente garantizaría un estudio a gran escala de factores de riesgo relacionados con las enfermedades cardiovasculares, sino que dicha investigación facilitaría la introducción de nuevas prácticas para la prevención de esos factores de modo directo con el paciente».

De acuerdo con el doctor René Delgado Hernández, presidente de la Sociedad Cubana de Farmacología, y organizador por la parte cubana del simposio, este ha sido un evento de gran impacto. «Unos 25 expertos internacionales y 25 cubanos nos hemos puesto al día en la investigación cardiovascular. Han estado representadas las principales instituciones del país relacionadas con esta área, lo cual nos abre oportunidades de colaboración, y de divulgar la ciencia cubana; porque estos profesores han podido constatar que Cuba tiene grandes resultados en el campo de la salud y las ciencias biomédicas, y nuestros científicos están al día».

Así, dijo, «se ha debatido sobre los proyectos del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, como el del péptido CIGB-500, cuyos resultados en la investigación preclínica son alentadores en cuanto a su efecto cardioprotector; investigaciones de moléculas en fase clínica, estudios de productos naturales con impacto en las enfermedades cerebrovasculares», entre otros tópicos que abren, sin lugar a dudas, una puerta necesaria en el arsenal que hoy se necesita para atenuar los daños del corazón.

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