Un baracoeso en béisbol de Nicaragua

Guantánamo.- El baracoeso *Osvaldo Navarro se presta a hacer pronto un recuento en su vida. En marzo del 2020 salió de Cuba para Nicaragua en viaje de turismo y aunque pensaba seguir hacia otro país la actual pandemia le tendió una trampa. No solo quedó varado; quedó luego ocupado, y hoy le costará desprenderse de niños que enseña a jugar pelota.

RadioBaracoa supo de esa historia y quiso contarla. Hela aquí en respuestas.

¿Cómo nació esa práctica de béisbol con niños nicaragüenses?

“A partir de que la pandemia de COVID 19 me impidió viajar de Nicaragua a Uruguay, como tenía previsto. Me sentí ocioso y un día de mayo del pasado año me fui con cuatro niños a un potrero para mostrarle cómo se coge una pelota, cómo se fildea y cómo se batea. Casi no sabían nada, y de momento sentí qua hacía algo imaginado, soñado durante mucho tiempo”.

¿Y luego?

“Se fue regando la bola, como decimos los cubanos, y hoy tengo cerca de 60 jugadores en cuatro equipos de 6-8 años, 8-10, 10-12 y 13-15. Hay niños desde la categoría yunior hasta la juvenil triple A.

Como a los tres o cuatro meses de estar entrenando acá en Managua apareció una estadounidense, Shane Lisa, que tiene una fundación de apoyo al béisbol y nos ayudó con pelotas, guantes, bates, todo tipo de implementos, merienda y transporte”.

Un golpe de suerte.

“Sí, un apoyo de mucha utilidad. Cuando salí de Cuba ya tenía en mente trabajar como profesor de béisbol, tener mi propia escuela, y aquí en Nicaragua se está facilitando ese propósito. Ahora atiendo dos áreas especiales del municipio de Ticuantepe, que es como si en Baracoa tuviera que ir de la ciudad a Paso de CubaEl Jamal y Cayogüin“.

¿Cómo han reaccionado los padres de los pequeños ante su trabajo?

“La aceptación ha sido total, apoyan los padres, las madres, los abuelos, la alcaldía de Tituantepe. Y en cuanto a resultados de los equipos la selección juvenil está en tercer lugar, la juvenil AA está en segundo y la Junior, que comenzó hace poco, ha ganado un juego de cuatro”.

¿Qué nivel cualitativo tienen las competencias en que participas con tus alumnos?

“La calidad es buena, igual a la de la liga infantil cubana en las provincias. Pero creo que nuestro país debe tomar en consideración que se compita como aquí, donde juegan seis meses consecutivos la liga recreativa, la que se desarrolla ahora, y después la federada”.

¿Liga federada?

“Es una liga en la que se es estricto con la edad de los participantes, se exige inscripción de nacimiento y cédula. En la liga recreativa, a diferencia, se admite a uno o dos atletas pasados de edad por categoría”.

Al parecer se juega bastante béisbol en Nicaragua.

“En las categorías inferiores, más que en Cuba, mucho más. No sé por qué no salen tantos niños para las  Grandes Ligas, porque acá se juega el triple de lo que se hace allá en Cuba”.

¿Qué habilidades naturales o creadas cree haber visto en los muchachos?

“Los niños nicaragüenses tienen grandes habilidades, les gusta el béisbol igual que a un similar cubano o cuidado un poquito más. Lo que si comparas la destreza y la inteligencia de un muchacho de Cuba con la de otro centro o latinoamericano para jugar, las del cubano son superiores. Se nota en el aprendizaje, la rapidez, la fuerza en el brazo, el poder al bate”.

¿Tiene remuneración a cambio?

“Te voy a ser sincero, se cobra 300 córdovas por niño. Pero hay niños que no tienen nada y no pagan, y si por ejemplo hay tres niños de una misma casa se cobra solo por uno.

La mitad de las familias de los pequeños no paga y yo acepto, porque si algo enseñó Cuba fue a ser solidarios, a enseñar sin estar interesado en algo. Si se aprueba la academia tendré un trabajo definitivo, y un salario oficial a través de la alcaldía del municipio o de la fundación que nos apoya. Pienso que con ayuda de Dios lo vamos a lograr”.

¿Qué relación afectiva profesor-alumnos siente?

“Siento un afecto grande por esos niños porque los cogí de cero, no sabían tomar un guante, un bate, correr las bases, el abc del deporte.

También logré que todos volvieran a la escuela; no querían asistir a clases por la pandemia. Si faltan saben que conmigo no habrá pelota”.

En fotos que usted publica he visto hembras con atuendo deportivo y demás. ¿Juegan por embullo, o aspiran a integrar un equipo?

“Juegan para competir. Yo preparo a 15 niñas, están muy bien, algunas previstas para que entrenen con las Reales de Managua, una selección del  profesionalismo del béisbol femenino aquí”.

¿Qué significa actuar como entrenador de un deporte que en Cuba es sagrado?

“Para mi es más que emocionante porque en Nicaragua, como en Cuba, el béisbol es el deporte nacional. Lo ven como un símbolo y se refieren a las tres o cuatro victorias que tienen sobre el equipo Cuba de mayores con una alegría, una euforia, que parece que hubieran ganaron la Serie Mundial o el Clásico Mundial”.

¿En qué condiciones vive como garantía de un trabajo en paz?

“Estamos un primo mío y yo en una casita de un amigo que era de la seguridad personal en Nicaragua y hoy está jubilado. Hizo amistad con nosotros, nos ofreció ese lugarcito y gracias a su bondad y a su sentimiento por Cuba no pagamos alquiler.

En cuanto al entrenamiento caminamos cerca de cuatro kilómetros hasta al campo de pelota donde practicamos. Comencé con dos pelotas viejas de los niños, después me regalaron dos, recibí otras de un pelotero cubano que trabaja con el equipo Estelí y hoy  tenemos una buena reserva de pelotas”.

¿Cuánto tiempo quisiera estar donde está, haciendo lo mismo?

“Voy a seguir hasta que Dios me de fuerza para estar en Nicaragua. Tengo mucha demanda y me siento feliz por mi resultado laboral. Si abren la academia seré el jefe, aunque no el que pague”.

¿Qué logró de lo soñado cuando entró a aquel potreo con cuatro niños a practicar béisbol?

“Lo principal es que cambié de trabajo, y hoy me llaman para trabajar en otro lugar pero realmente no puedo más. Estoy contento con lo que hago, me lo han reconocido a nivel de academia, de alcaldía, personalidades del deporte de este país me felicitan, me dicen que siga. Y me tienen en cuenta para equipos de adultos pero por  el momento prefiero estar con los chiquitos”.

¿Le hubiera gustado hacer en Cuba lo que hace en Nicaragua?

“Sí, pero aunque eché mi vida ligado al deporte, siguiendo en lo laboral a los atletas no solo del béisbol sino de todas las disciplinas, a veces se da aquello de que nadie es profeta en su tierra. Acá me han recibido como a un hijo, me siento contento, consideran mi trabajo.

Ahora todo el mundo quiere trabajar con el cubano, que le de clases, y ahí estoy, demostrando lo que aprendí en Cuba, enseñando cómo nosotros jugamos la pelota, una forma que a los nicaragüenses le gusta mucho”.

¿Cuál es su meta?                     

“Mi meta es que salgan varios jugadores que lleguen a la Liga Profesional de Nicaragua, las ligas del Caribe y las Grandes Ligas”.

*Osvaldo Navarro ha sido activista voluntario del deporte en Baracoa por muchos años. También ha narrado pelota, boxeo, ciclismo, e investigado sobre la historia de varias disciplinas en este municipio. En años recientes se vinculó como analista al programa dominical Yunque Deportivo, de La Voz del Toa.

Tomado de Radio Baracoa

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *