El republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton se acercan a la cifra de delegados necesarios para ser contrincantes en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre próximo.
Según datos preliminares, el magnate neoyorquino logró el 60,5 por ciento de los votos en el estado de Nueva York y se alzó con 89 de los 95 delegados en disputa, seguido por el gobernador de Ohio, John Kasich, con tres delegados y su principal oponente, el senador Ted Cruz (Texas) con ninguno.
El éxito del llamado showman republicano es importante pues en los últimos concursos perdió impulso frente a Cruz, quien lo derrotó por dos dígitos en las primarias de Wisconsin.
El resultado lo acerca a la nominación en Cleveland, Ohio, donde espera llegar con los mil 237 delegados para que no sea impugnada su nominación.
Aunque contundente, la victoria de Clinton no fue tan decisiva como la de Trump, sin embargo, al obtener el 57,9 por ciento del apoyo de los votantes contra el 42,1 del senador por Vermont Bernie Sanders, ganó 173 delegados contra 106 de su retador por la boleta.
Con ese resultado, la exsecretaria de Estado pone a Sanders en una posición dicícil para conseguir la boleta del partido azul, a menos que ella se vea afectada por algo que pocos esperan, en especial, por el uso de un servidor privado para sus correos electrónicos cuando estaba al frente de la diplomacia estadounidense.
De los concursos que quedan, los tres con el mayor número de delegados, California, Pensilvania y Nueva Jersey se inclinaron por Hillary en 2008 cuando retaba al entonces senador Barack Obama, y ahora las encuestas reiteran esa tendencia.
Diferentes análisis consideran que Sanders y Cruz fueron los grandes perdedores en el estado del Empire State, donde el primero podía poner en crisis la campaña de Clinton, y el segundo acercarse a Trump en sus aspiraciones para convertirse en una opción para la maquinaria partidista.
Los próximos concursos en el noreste y la región del Atlántico medio, y el resultado de Nueva York augura problemas para las posibilidades de Cruz, cuyo atractivo se limita a los estados conservadores del Sur y de las Grandes Llanuras, lo que debe eliminarlo de la controversia en el cónclave partidista de julio.
Ahora la carrera entra en su recta final y se espera que tanto Trump como Clinton consoliden posiciones que lo lleven a ser los contendientes por la presidencia en noviembre.