De acuerdo con el mandatario, la política está detrás del reto a su directiva, que también impide por cuatro meses la entrada al país de refugiados de cualquier nación, y por tiempo indefinido en el caso de los sirios.
‘Si Estados Unidos no gana este caso como obviamente debe, nunca podremos tener la seguridad y la protección a la que tenemos derecho. Política’, escribió el jefe de Estado en su cuenta de la red social Twitter.
Con ello hizo alusión a la batalla legal que se llevó a la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito con sede en San Francisco, California, en la que abogados de la administración defienden la aplicación de la orden y los estados de Washington y Minnesota se oponen a esa medida.
La víspera el panel de tres jueces de esa instancia escuchó los argumentos orales de las partes en disputa.
El abogado del Gobierno, August Flentje, apuntó que un presidente tiene amplios poderes otorgados por el Congreso para decidir quién puede ingresar al país y prohibir a los inmigrantes si son considerados ‘perjudiciales para los intereses de Estados Unidos.’
Frente a ese tipo de planteamientos, los magistrados de la corte le cuestionaron si el Gobierno tiene alguna prueba que conecte a los siete países comprendidos en la directriz -Siria, Yemen, Libia, Sudán, Irán, Iraq y Somalia- con ataques terroristas en la nación.
A su vez, el procurador general del estado de Washington, Noah Purcell, se centró en el componente religioso de la prohibición de Trump, argumentando que violó las protecciones constitucionales de la religión al vetar una población que es predominantemente musulmana.
Para el diario USA Today, el panel de jueces probablemente se negará a reinstaurar la directriz y lo mejor que podría esperar la administración es un compromiso para permitir que solo algunos viajeros sean vetados.
A partir del fallo de este tribunal, el caso podría ser llevado después a la Corte Suprema.