Guantánamo.- El Trabajo Infantil es un flagelo que afecta a varias naciones del mundo y sobre el que Cuba ratifica el deber de continuar trabajando a fin de que nunca regrese esa realidad a nuestra infancia.
En Cuba se trabaja incansablemente por su bienestar. Están protegidos contra tres enfermedades, reciben educación de calidad y gratuita, y no son discriminados por condición alguna. También se les reconocen sus opiniones, pero sobre todo, sus derechos a la vida y al desarrollo.
Una realidad muy contrastante a otra que viven ahora mismo, unos 160 millones de niños y niñas, de entre 5 y 17 años de edad en el mundo, según la Organización Internacional del Trabajo.
Un llamado a voces intenta entronizarse reclamando justicia para todos, pero no pocas veces, encuentra oídos sordos, ignorancia o desconocimiento. La abolición al trabajo infantil es una piedra angular de la aspiración a la justicia social, y hay que aunar voluntad y determinación que sirvan para estimular mayores esfuerzos en la solución definitiva de dicha situación de emergencia.
Licenciada en Periodismo. Máster en Ciencias de Nuevas Tecnologías de la Información para la Educación