El terremoto que tuvo lugar ayer en el centro de Italia, con una magnitud de 6,2 mwp en la escala de Magnitud de Momento (para sismos hasta 6,8 equivalente a la Richter) ha liberado una energía similar a la explosión de 1.270 toneladas de TNT, según informa el Ilustre Colegio Oficial de Geólogos.
A diferencia de otros sismos, no se produjeron terremotos previos que alertaran a las autoridades y a la población, pero sí un centenar de réplicas posteriores al evento. Además, la magnitud de 6,2 del terremoto ha causado daños en zonas pobladas en un área de hasta 160 kilómetros a la redonda.
Para valorar la gravedad del seísmo, los geólogos indican que es más práctico utilizar la escala Mercalli de intensidad, que mide cuantitativamente los efectos de un terremoto. Según los primeros informes registrados por el Servicio Geológico de Estados Unidos, el seísmo de esta madrugada habría alcanzado una intensidad de entre VII y VIII en la escala Mercalli, lo que indica daños leves en infraestructuras bien construidas y posibilidad de daños graves en estructuras vulnerables, como es el caso de las construcciones de las poblaciones cercanas al epicentro del seísmo.
“Italia es uno de los países europeos con mayor riesgo sísmico debido a su posición en la convergencia de las placas africana y euroasiática”, sostiene Manuel Regueiro, presidente del ICOG. Este geólogo añade que la sismicidad se concentra en la región central y el sureste de Italia, a lo largo de la cresta de los montes Apeninos, aunque también algunas partes de Calabria y del norte de Italia tienen riesgo de terremotos.
Regueiro recuerda que en la actualidad es imposible predecir un terremoto, por lo que confía que en este caso no se repitan los sucesos del seísmo de L’Aquila, que llevó a seis científicos italianos a ser condenados en primera instancia en 2012 por no advertir a la población de la proximidad del movimiento sísmico. Finalmente, los seis científicos fueron absueltos mediante sentencia de un tribunal de apelación en 2014.