Durante la segunda etapa de la 58 Campaña Nacional de Vacunación Antipoliomielítica Oral, que comenzó este lunes en el país, serán inmunizados todos los niños desde un mes de nacidos hasta dos años, 11 meses y 29 días que recibieron la primera dosis del 25 de febrero hasta el dos de marzo.
En esta ocasión también serán reactivados con una dosis del inmunógeno los niños de nueve años y hasta 9 años, 11 meses y 29 días, refiere el Ministerio de Salud Pública (Minsap).
Reiteran especialistas que este inmunógeno no puede administrarse a los menores con fiebre elevada, vómitos o diarrea y se debe esperar 30 minutos antes y después de la vacunación para ingerir agua o alimentos, así como tampoco debe utilizarse en los infantes inmunodeficientes.
La campaña forma parte de las actividades que realiza Cuba en la Octava Semana Mundial de la Inmunización y la Décimo séptima Semana de Vacunación en las Américas (SVA).
Según la Organización Panamericana de la Salud, la SVA tiene la meta de inmunizar esta vez a 70 millones de personas contra dolencias prevenibles por vacunación y ha hecho un llamado a proteger a la comunidad.
En los últimos 17 años has sido inmunizadas contra una amplia gama de enfermedades más de 740 millones de personas de todas las edades bajo la Semana de Vacunación, expresa ese organismo de Naciones Unidas.
En 1962 Cuba se convirtió en el primer país de América Latina en ser declarado territorio libre de poliomielitis, y hasta 2018 se han aplicado en todo el país 85 millones 200 mil dosis de esa vacuna, lo cual ha garantizado la protección de la población cubana menor de 71 años de edad, informaron a la ACN fuentes del Minsap.
Con la implementación del Programa Nacional de Inmunización se han logrado eliminar la poliomielitis, la difteria, el sarampión, la tosferina, la rubeola, y la parotiditis, así como también dos formas clínicas severas en menores de un año: tétanos neonatal y meningitis tuberculosa.
También la eliminación de dos de las complicaciones clínicas más graves: síndrome de rubeola congénita y meningitis postparotiditis,entre otros logros.
Gracias a este programa universal, integral, participativo y accesible han dejado de constituir un problema de salud el tétanos y la meningitis por Haemophilus influenzae tipo B y han reducido su morbimortalidad en más de un 95 por ciento la fiebre tifoidea, la enfermedad meningocóccica y la hepatitis B.