Romerías, la utopía: No hay hoy sin ayer, ni sin mañana

 Dicen que es mejor vivir el cuento. Por eso, cada año, miles de jóvenes de toda Cuba y de otras regiones del mundo, impulsados por la Asociación Hermanos Saíz, llegan hasta la ciudad de Holguín, para celebrar las Romerías de Mayo. Este 2020, nos hemos quedado en casa, los días de crisis imponen hacerlo así, pero no pasa por alto lo que siempre ha sido y será un necesario encuentro multicultural para todos.

Algunos se ponen a postear por redes sociales los emotivos encuentros con amigos durante estos días romeros, viajan en el tiempo y recuerdan aquellos primeros años, donde no tenían tantas canas. Son 27 ediciones ya, muchas aventuras, sueños, obstáculos, locuras y desvelos se han vivido; tantas, que a veces, nos parece increíble creer que ha sido posible.

Cuando entra mayo, la ciudad de Holguín luce diferente. El ambiente, el ritmo, los colores son otros. Las Romerías han hecho mágica a esta tierra del oriente cubano. Algunos dicen que bendita. Y a pesar de que hoy, el pueblo cubra su rostro, pronto volveremos a abrazarnos como lo hacemos en esta fiesta, pronto volveremos a bailar y unir el día y la noche, a escuchar jazz, rock, trova, fusión, todo en un mismo lugar.

Entonces nos queda, a los que hemos estado presente aunque sea alguna vez, recordar lo mucho que disfrutamos subir el hacha por la Loma de la Cruz con amenaza de lluvia; el recorrido en coche hasta el Bosque de los Héroes; las estatuas vivientes por toda la ciudad, las plazas llena de música y energía, los poetas por la madrugada recitando sus versos y pasiones. Nos quedan las fotos, el reencuentro, las crónicas que hicimos, los sueños que cumplimos.

Y llega, para alegrarnos y revivir el cuento, este viaje del documental Romerías, la utopía, que tendrá su estreno hoy en el espacio De nuestra América, a las 10 y 30 PM por el canal Cubavisión. Acerca de dicha propuesta audiovisual Cubadebate conversó con parte del equipo realizador y conoció cómo vivieron y enfrentaron la aventura.

Tremenda película

Este proyecto comenzó a gestarse en diciembre del 2018, pero no fue hasta mayo del 2019 que se rodó, aprovechando los días intensos de Romerías. No fue casual que gran parte del equipo fueran holguineros, fue una de sus premisas desde el proceso de concepción del filme. Manuel Alejandro Rodríguez, uno de sus directores, destaca que querían hacer un homenaje a la ciudad y al evento en sí.

La idea se le ocurrió a Reymel Delgado, quien fue uno de sus productores. Con el apoyo de dos productoras independientes como i4films y WAJIROSFILMS, un grupo de jóvenes inquietos y apasionados por la maravilla romera se sumaron a la travesía de contar y describir a ese encuentro artístico múltiple.

El equipo, dirigidos por Carlos Gómez y Manuel A. Rodríguez Yong; ambos en su ópera prima, se conformó por Reymel Delgado junto a Yamila Marrero en la producción; a la que se suma Inti Herrera en la parte ejecutiva; Emmanuel Peña en el montaje; Ana María González y Manuel Ojeda en la dirección de fotografía, Javier Coello en la corrección de color y en el diseño sonoro y mezcla Angie Hernández.

“Para celebrar el veinticinco aniversario de las Romerías, no había mejor manera que hacer un documental, porque se han hecho otros documentales o algunos grandes reportajes, pero todos de muy corta duración. Queríamos hacer unlargometraje, que de verdad pudiera homenajear estos años”, refiere el propio director.

¿Qué cuenta Romerías, la utopía? ¿Cuál es su esencia?: “Una de las primeras cosas era tratar de ser lo más fiel posible a la historia.  Contar parte de la historia de Romerías, porque, sin duda, es imposible recogerlo todo en un documental.  Queríamos que sirviera, también, para celebrar el festival y al mismo tiempo, pues que pudiera posicionar mejor al evento, que aunque no ha perdido su fase fundamental, sí se ha deprimido un poco con el decursar de estos años”, resaltó Rodríguez Yong.

“Tiene una estructura basada en un viaje. Un viaje físico y a la vez temporal”, cuenta su editor Emmanuel Peña. Leticia, como personaje conductor, regresa a su ciudad. Ahora es actriz e invitada por primera vez a las Romerías de Mayo. Viaja, junto con otros artistas de Cuba, hasta Holguín, por esos días la Capital de Arte Joven.

Mientras el ómnibus avanza a su destino, no exento de peripecias, se revelan los matices de un encuentro único de su tipo. “Leticia que regresa mientras vamos conociendo un poco la historia de las Romerías hasta la actualidad. Se va construyendo en paralelo”, añade.

“Queda claro a través de la estructura y, sobre todo, por el final, que a nivel cronológico es el inicio del evento del año pasado. Tratamos de llevar al espectador a este punto, donde termina la película pero comienza la celebración, celebración que cada espectador vive de una forma diferente. Lo estamos invitando a que conozca más y se sume y participe en las futuras emisiones”, refiere su editor.

Resumir tantos años de historia resulta un riesgo, cuando muchos han aportado a la causa: “Una de las principales dificultades que teníamos era tratar de ser fieles a la historia, resumir una parte de la historia en un poco tiempo, era uno de los mayores temores a la hora de la concepción del documental.

Sin embargo un gran ventajas fue que casi todos los entrevistados o al menos la gran mayoría, son fundadores, o han formado parte activa de Romerías; por lo tanto esta historia está contada por sus propios protagonistas”.

Las Romerías son un espacio necesario, a pesar de las dificultades y las vicisitudes, es un encuentro que se debe salvar y recatar siempre. Algunos ya no están, otros la apoyan desde lejos, es un macroproyecto donde ha intervenido mucha gente. Precisamente en la propuesta audiovisual eso queda más que claro, de alguna manera, agradece a todos los que han colaborado e impulsado a la fiesta.

Una de sus productoras, Yamila Marrero, refleja:

“Recuerdo precisamente una frases de una de las convocatorias de las Romerías de Mayo De la aldea al mundo y es, precisamente, como un lugar prácticamente desconocido dentro de la geografía mundial para algunas personas, de momento empezó a convertirse en referente y artistas, promotores culturales y pueblo en general de los más diversos confines del mundo, empezaron a saber que había una Isla que se llamaba Cuba, y dentro de esa Isla un lugar llamado Holguín, donde se hacía un evento utópico, con el nombre de Romerías de Mayo”.

Por su parte, Emmanuel Peña, refleja: “Teníamos los testimonios de muchos personajes y tratamos de centrarnos en los aspectos más importantes en los que varios coincidían, de alguna manera este resumen al que se hace referencia pudo ser realizado gracias a todos los entrevistados que estaban muy conscientes de todo el recorrido y la importancia del evento”.

“Muchas personas vieron artistas por primera vez en las Romerías de Mayo, pero muchos artistas que hoy son personalidades de la cultura cubana,  que son artistas consagrados, tuvieron su primera vez allí. Era como una prueba de fuego, poder asistir a ellas y poder gustarle al público holguinero, que siempre se ha caracterizado por ser un público conocedor, culto y exigente”,  cuenta la productora al preguntarle sobre las motivaciones.

“La mayoría de los integrantes del equipo de trabajo, somos personas que crecimos con las Romerías de Mayo. Nuestros primeros acercamientos al arte provinieron de ahí, nuestra inquietud audiovisual surgió desde ahí.

Era una manera de devolverle al evento y devolverla a la ciudad de Holguín, a nuestra ciudad, todo lo que nosotros sentíamos que ella había hecho por nosotros. Pagar esa deuda eterna que siempre vamos a tener con Holguín, por todo lo que ha significado para nosotros como artistas y como creadores”, agrega Marrero.

Asimismo Manuel Alejandro dice que este es un documental sin grandes pretensiones autorales, pues no era el objetivo: “Recoger varias experiencias, historias, vivencias, y contar un poco esa realidad que vimos y presenciamos, de la cual también formamos parte desde que comenzamos a filmar”.

“En lo personal es una gran alegría. Es mi primer largometraje documental y que precisamente sea un documental que tenga tanta relación con Holguín y con las Romerías, un evento del cual formé parte durante casi una década de su comité organizador, es maravilloso”.

“Fue revivir momentos, historias, contrastar elementos de esa parte de la historia que yo conocía, pero que aun así, cuando te enfrentas a protagonistas, descubres cosas que quizá no tenía del todo claro y logras, incluso, hasta quedarte con dudas, porque eso también pasa con la historia .

Alguien te la cuenta de una manera  y después descubres otro que te la cuenta de otra. Es tratar de buscar ese punto intermedio. Fue también sentirme parte y con mucha nostalgia de todas las cosas que viví estando en Holguín, disfrutando de las Romerías como cualquier otra persona de la ciudad”.

Se ha dicho muchas veces: las Romerías son pasado, presente y futuro. “La parte del pasado está bien reflejada con la historia del propio surgimiento del evento, con voces historiográficas autorizadas para hablar del proceso de cómo se fue convirtiendo después en ese hecho artístico- cultural.

“El presente está en la voz de muchos de los artistas que han formado parte y que siguen llegando hasta a Holguín. Algunos de los que van también por primera vez, de los cuales se puede presenciar en el documental”.

“El futuro está contado en esos que llegan, como es el caso de una de esas artistas que seguimos desde que sale de La Habana y viene a Holguín. En uno de los planos finales de la peli, se ve mirando la ciudad, pensando en la ciudad, en el evento.

“Sin dudas no se puede hablar del futuro sin el presente, y si ese presente pues está sedimentado sobre una buena base, sobre unos buenos cimientos que es ese pasado del cual se bebe, creo que, entonces, el futuro está garantizado”, refleja Manuel Rodríguez.

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