Ríos de Cristal

Guantánamo no se comprende sin el río Guaso, cuando en 1797 arribaron a la zona la Real Comisión del Conde Mopox y de Jaruco, los exploradores quedaron admirados por el banco de piedras nombrado El Saltadero, por donde descienden sus aguas en armoniosos torrentes.

 

Fiel testigo del devenir guantanamero el Guaso ha acogido a millares de nadadores, pescadores y comerciantes. En algún tiempo el desarrollo de la ciudad  estuvo aparejado a su cauce, también el crecimiento poblacional pues más allá de su orilla “Este”, crece la  populosa comunidad   de San Justo

El Guaso surca la urbe, ha inspirado a poetas y cantautores. Miles de personas transitan diariamente sobre sus aguas. Sin  embargo, muchos habitantes dañan paulatinamente este patrimonio acuífero, que ha visto nacer y crecer a decenas de generaciones.

La contaminación de sus márgenes es un proceso que ha venido aconteciendo desde hace más de 20 años. El río funge como basurero, o peor, como una piscina natural para el Aedes Aegyptis. Esta problemática trajo consigo que  personas e instituciones trazaran una serie de estrategias para su saneamiento.

Una de ellas fue El “Proyecto Caimán”, protagonizado por el Grupo de Desarrollo Integral de la Ciudad de Guantánamo (GDICG). La iniciativa llegó a tiempo para cambiar pensamientos y  modificar acciones durante la década de los 90. 

Se seleccionó el lado Este de la comunidad “La Ceiba” conocida popularmente como  “El Bayamo”,  que poseía un alto grado de contaminación”. El objetivo era construir una especie de malecón para realzar la imagen de la barriada y al mismo tiempo sumar a los vecinos para que sembraran árboles a lo largo del  afluente.

Así sucedió, pero la contaminación ambiental y por qué no, las indisciplinas  sociales, fueron incrementándose y desarticularon lo logrado.

Después de casi 20 años el rio Guaso se convierte en testigo fiel y observa cada cambio producido en ese barrio, pero ha sido víctima de ultraje, de ritos religiosos, e incluso ha servido de tierra santa para los pobres animales fallecidos.

Todo buen guantanamero expresa en cualquier parte del orbe: “Yo soy del Guaso”, orgulloso de la tierra y de los ríos precedentes. El Guaso que nos caracteriza exige a gritos cuidado y devoción.

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