Guantánamo.- La impronta del Héroe Nacional cubano José Martí es imperecedera en las nuevas generaciones de guantanameros que recuerdan su vida y obra a ciento veintiocho años de su caída en combate. Aún sus pasos y aliento perduran en los predios que recorrió durante su ruta de gloria.
Es Martí poeta, ensayista, periodista y fundador del Partido revolucionario Cubano, organizador de lo que él denominó la Guerra Necesaria para alcanzar la libertad, figura cimera que engrosa la lista de los grandes, y enorgullece en particular a los guantanameros, cuyo mar y tierra eligió para reiniciar la contienda que trajera la dignidad a su pueblo.
Por aquí anduvo seguro desde el 11 de abril hasta el primero de mayo de 1895 en trece campamentos que lo cobijaron, subió lomas y se hermanó con hombres, recibió el bautismo de fuego en Arroyo Hondo, tuvo como regalo de José Maceo el corcel que cabalgó, fue ascendido a Mayor general del Ejército Libertador, y Juana Pérez, esposa de Periquito Pérez, le entregó una bandera cubana.
Sobre otros detalles de los vestigios del Apóstol por estas tierras cubanas comenta la siguiente crónica.
Por Isaac García Cárdenas
Colectivo de autores, editores y gestores de contenido del multimedio Solvisión.