Guantanamo.- La primera ministra conservadora británica, Liz Truss, renunció hoy al cargo que asumió menos de dos meses atrás, presionada por los diputados del partido gobernante luego del caos financiero que generó su controvertido plan económico.
En una breve declaración frente a la famosa puerta marcada con el número 10 en la calle Downing, Truss admitió que “dada la situación”, no podía completar el mandato para el que fue elegida el 6 de septiembre pasado, en sustitución del también dimitente Boris Johnson.
Tras apuntar que informó al rey Carlos III sobre su dimisión, la ahora exprimera ministra agregó que la elección de su sustituto se celebrará la semana próxima, aunque sin dar detalles sobre la forma en que se llevará a cabo el nuevo concurso de liderazgo dentro del Partido Conservador.
Truss, quien se convirtió este jueves en la gobernante británica con menos tiempo en ocupar la residencia oficial de Downing
Street, fue obligada a renunciar tras el fracaso de la polémica rebaja de impuestos con la que pretendía atraer a los inversores y frenar la inflación.
La falta de detalles sobre la forma en que financiaría su plan fiscal, y el temor a que se disparara la deuda pública derrumbaron temporalmente la libra esterlina, y obligaron al Banco de Inglaterra a comprar apresuradamente los bonos del Estado para apuntalar a la divisa británica.
Para apaciguar a sus críticos, Truss destituyó el viernes pasado al ministro de Hacienda, Kwasi Kwarteng, y su sustituto, Jeremy Hunt, enseguida revirtió la mayoría de las medidas fiscales, pero la renuncia la víspera de la ministra del Interior, Suella Braverman, debilitó aún más su liderazgo.
El golpe final a su gestión habrían sido las presiones y amenazas usadas anoche por el Ejecutivo para obligar a los diputados conservadores a votar en bloque contra una moción laborista que pedía debatir la decisión del Gobierno de levantar la moratoria sobre la fracturación hidráulica para extraer el gas y petróleo de esquisto.
Tras la dimisión de Truss, los líderes del laborismo y de los liberales demócratas, Keir Starmer y Ed Davey, respectivamente, llamaron por separado a adelantar las elecciones generales previstas para finales de 2024.
Después de 12 años de fracaso conservador, el pueblo británico merece algo mejor que este caos de puertas giratorias, afirmó Starmer, quien apuntó que las últimas crisis fueron creadas en Downing Street pero son los británicos, dijo, los que pagan los platos rotos.
Davey remarcó, por su parte, que Johnson le falló al país, y Truss destrozó la economía, por lo que los conservadores demostraron una vez más que no están aptos para liderar el país.
Hasta el momento se desconoce quienes serán los candidatos a ocupar el cargo de primer ministro y líder del partido tory, pero no se descarta que el exministro de Hacienda Rishi Sunak, quien compitió con Truss en agosto pasado, se lance nuevamente al ruedo.