Guantánamo. – América Latina debe regresar a la senda correcta, la de las revoluciones ciudadanas, la del respeto a la sociedad civil y los derechos elementales del hombre. Eso solo pueden hacerlo los pueblos, de la mano de la historia.
Esa conclusión irrumpió mis pensamientos en medio de la presentación del libro “Mariana, Raíz del alma cubana” que organizara la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), como parte del periplo de los prestigiosos investigadores Adys Cupull y Froilán González por Guantánamo.
El matrimonio posee un amplio caudal de volúmenes dedicados a la figura de Ernesto Guevara y su impronta en la historia y la política mundial. Sus anécdotas y reflexiones me hicieron considerar el hecho de que América Latina regresa, tristemente a la etapa de las repúblicas bananeras e incluso la política represiva y asesina de las dictaduras que se sucedieron en la región, durante la Guerra Fría.
La presentación del volumen, sobre la Madre de la Patria cubana y la premier del tercer capítulo del audiovisual “Operación Gaveta” referido a la llegada a la Isla del diario del Che en Bolivia, fueron la antesala para un debate sobre la contemporaneidad y la situación política que actualmente vive la región.
Pudimos constatar una vez más, en medio del intercambio, que se repite un patrón propio de la expansión imperialista:
En 1959, tras el triunfo revolucionario, Estados Unidos lanza una campaña de agresiones, desacreditación y ataques directos hacia Cuba. Paralelamente, se militarizan los gobiernos de varios países de la región, tras sendos golpes de estado a los dirigentes democráticamente electos.
Más cercano en el tiempo y desde el triunfo de la Revolución Bolivariana, a finales de los años 90, se incrementan hacia Venezuela las sanciones, en lo económico y lo político, de manera gradual. Al tiempo que reprimen y asesinan a los líderes de izquierda y se le proporciona golpes “suaves” pero precisos a los gobiernos progresistas de Argentina, Brasil y más recientemente Ecuador…
¿Coincidencia? Por supuesto que no. Solo hay que ir a la historia para comprender las razones por las que uno de los hombres más universales, el Che, erigido como símbolo de la lucha social, combatió por la verdadera independencia de América Latina hasta el fin de sus días en Bolivia.
Solo la historia podrá explicarnos porqué Mariana, en su entrega y sapiencia infinita, lamentaba no tener más hijos para entregarlos a la libertad de la Patria.
Adys Cupull y Froilán González propiciaron con su diálogo esta reflexión, que nos convida a reconocer cuando se repite en nuestra región una tristísima página de oligarquía e imperialismo.
Licenciada en Periodismo. Graduada en la Universidad de Oriente en el 2010. Periodista, editora del sitio web y miembro del equipo multimedia de Solvisión.