Regresa Tony Ávila a la Jornada de la Canción Política (+ Video)

Guantánamo.- Como parte de las presentaciones previstas para la 47 Edición de la Jornada de la Canción Política, están concebidos tres conciertos del cantautor Tony Ávila, quien regresa a este evento defensor de la trova, para interpretar, junto a los guantanameros, algunos de sus temas más populares y otros más recientes de su nuevo disco Universos.

El autor de Timbiriche, Mi casa.cu, Tiene que haber de to´, y otros temas populares, se declaró como cantor político, en entrevista concedida al sitio web de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), en agosto de 2016, en el marco de la Canción Política ese año.

Entiendo que la vida es política, la vida en esencia es política: toda actitud, manera de existir, de conducirse en la vida, de estar, de coexistir, de estar de acuerdo o en desacuerdo, sin querer o queriendo, asumes siempre una posición política, a mi entender la postura apolítica no existe.

La trova es esencialmente una canción de compromiso, el trovador es un ente cultural comprometido, es un mensajero, un emisario, una suerte de comunicador, de decidor, una suerte de vocero, un ente que expresa y se expresa a la vez, es como una esponja que recoge el pensamiento social y lo convierte en pensamiento común o lo lee como pensamiento colectivo, lo traduce en lo que hace como canción y lo lanza...”

Tony Ávila, 2016

Desde su perfil en Facebook anunció: “Hola Guantánamo, comenzando agosto estaremos por allá como invitados a la canción política, el festival más antiguo de la trova en Cuba, que sea la canción la que hable más alto, que sean uds los verdaderos protagonistas de este evento, gracias por dejarnos entrar una vez más en sus vidas, nos vemos pronto”.

Aquí se presentará los días 3, 4 y 5, siempre a las 9 de la noche, en el Obelisco a los mártires guantanameros, la sede de la UNEAC, y la Plaza Polifuncional Pedro Agustín Pérez, respectivamente.

Cada año, la Jornada de la Canción Política conmemora los sucesos del 4 de agosto de 1957, cuando cinco jóvenes guantanameros perdieron sus vidas en la explosión accidental de una fábrica clandestina de bombas, en contra de la tiranía republicana.

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