Guantánamo.- Hay que estar claros y conscientes de lo que expresa y significa el nuevo texto constitucional, que irá al referendo popular el próximo 24 de febrero. En primer lugar se ratifica el Socialismo, esa premisa indispensable que garantiza nuestros derechos y deberes.
El socialismo que defendemos tiene apellido, y es cubano, muy tropical, muy caribeño, muy particular, y aunque tiene que perfeccionarse en muchos aspectos, sobre todo en el económico, sobran razones para patentizar el Sí, el que apoya la nueva Carta Magna de la República de Cuba.
La nueva Constitución garantiza para todos los cubanos que los servicios de Salud y Educación sigan siendo gratuitos para todos sin discriminación, y que la Cultura y el deporte se encumbren, aún más, como un derecho del pueblo para cada hijo de este archipiélago.
Pero hay más. Nuestro sistema garantiza que la propiedad sobre los medios fundamentales de producción siga siendo estatal, aunque se reconoce la propiedad privada para medianos y pequeños empresarios que pueden, y deben, incrementar las producciones y mejorar algunos servicios esenciales.
De igual modo asegura que los campesinos continúen como dueños de la tierra, de los medios y de las producciones que alcanzan para evitar que regrese el latifundismo y toda la plaga que trae consigo.
Por ello nuestra nueva Constitución está concebida para reafirmar el socialismo, para perfeccionarlo, no para debilitarlo, como quisieran nuestros enemigos. Hay muchas razones por las cuales votaré ¡Sí! por la Constitución de la República de Cuba.
Y es preciso reafirmar que más que un concepto, contar con el pueblo ha sido un principio de la Revolución cubana. En estos 60 años de historia son muchas las ocasiones en que juntos hemos construido las grandes decisiones del país, con hitos importantes en los parlamentos obreros.
La nueva Constitución es otro ejemplo de cómo las manos del pueblo entrelazan los soportes de nuestro sistema social, amparados en el conocimiento colectivo y en el sentido de pertenencia que otorga el saberse autores del texto más importante de la nación con la vista en el futuro.
Por eso el próximo 24 de febrero será una jornada memorable, en la que otra vez en las urnas estaremos decidiendo sobre los destinos del país.