Quedan vacaciones todavía…

Guantánamo.- Estas son las fotos que queremos ver, fotos de bienestar, de salud, de familiaridad… Ellos son los pacientes de Baracoa con COVID-19, en el Hospital Militar Dr. Joaquín Castillo Duany, de Santiago de Cuba.

“Estamos bien, ya a partir de mañana nos comienzan a realizar los PCR. A mi hermano Jorge ya se lo hicieron hace tres días y esperamos dé negativo. Si dan dos negativos, ya nos vamos para la casa”. Así me dice Ernesto Vernier en una llamada que, víctima de virus tecnológicos, no pudo consumarse en edición. “La comida al inicio con algunos problemas de elaboración, pero en estos días ha mejorado mucho”.

Pareciera que Ernesto no quiere salir de ese largo descanso, desanda los pasillos de su sala abierta de cuidados, le gana en ocasiones el ocio: “No he pensado muy de a lleno en proyectos, pero hay tiempo para ello, las vacaciones son largas todavía, la vida radiotelevisiva se extraña, y mucho, pero lo que toca ahora es cuidarme”.

Leiser Pérez nos cuenta de sus días: “La vida se viene acomodando, ayer nos atendió un psicólogo, acción que debía haber sido mucho antes; la comida ha mejorado y hasta quien necesite un ventilador puede pedírselo a un familiar. Ya estamos más cerca de la meta, falta menos, Dios mediante”.

Celebran los pinchazos de medicamentos que no duelen y que asegura el Estado cubano para salvaguardar las vidas de quienes padecen de COVID-19. “Los medicamentos nos dan diarreas, vómitos, malestar, pero nada que transforme la conducta humana”, me recalca Ernesto. Lo escucho alegre y optimista; así leo también a Leiser. Saben que se acercan los días, hay una meta que todos prefieren que llegue con un símbolo negativo.

Estas son las fotos que necesitamos ver todos, abrazos de satisfacción cuando la carrera casi termina. Yo descargo esas fotos, me apuro en replicar y publicarlas, organizo las ideas, y aunque pudieran estar fuera de protocolo, quiero transmitirle a mi pueblo la calma que estas fotos denotan, la alegría que se percibe, las gracias por una buena atención y los deseos de volver al entorno filial, donde la vida cobra más vida.

Quedan vacaciones, dicen ellos refiriéndose al prolongado e involuntario “descanso”, pero saben que saldrán victoriosos.

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