Que el changüí conquiste los escenarios de Europa

Guantánamo.- Ernesto Oliva es  un músico capaz de tocar el cielo con las manos, dice el público… forma   parte de  la novísima vanguardia  del arte en Cuba, al concebir   obras innovadoras,  impresionantes, admirables y los   guantanameros lo pudieron  comprobar durante  un concierto en  la  Fiesta  Nacional del Changüí realizada en junio.

 

Aprovechamos las vacaciones del  compositor e intérprete en su natal ciudad, para una breve  entrevista. Antes de  responder la primera pregunta, aclara con gran modestia. -Mis primeros estudios  los  hice en la Escuela Vocacional de Arte Regino Eladio Boti, de  Guantánamo,  seguí en Holguín y  terminé  en el Instituto Superior de  Arte en La Habana.

-¿A qué atribuir  tu  fidelidad  hacia el changüí,  hasta ahora menos conocido que otros géneros  del panorama  musical del país?

 -La vuelta a las raíces, en mi caso es una necesidad  desde el punto de vista humano, por gratitud  a  la tierra donde uno nace, el cúmulo de herramientas  en torno a la identidad y las pretensiones  de dar   a conocer   esos valores  autóctonos no sólo en La Habana, sino mucho más allá y hasta   soñarlo en los escenarios de Europa. Lo que hago es un híbrido  entre la música de concierto y la popular. 

– Los artistas  de  mi generación  somos  activos y versátiles, por ejemplo, en ese grupo aparecen  el Trío Lecuona, d la capital,  invitado a los Conciertos de Primavera  aquí en Guantánamo; ellos montaron en su repertorio mi  composición La noche y el cuento de nunca y como   seguidores  jóvenes del changüí  puedo hablarte de  Yelsy Heredia, a quien considero el Chito Latamblet del  contrabajo, porque renueva, transforma, mezcla, fusiona  jazz,  flamenco, todo…

-Dentro del  mundo  de la  fusión, ¿conoces  la changüisa de Pedro Luis Ferrer?

-Prometo hacerlo…   de hecho   admiro la bella versión  que hizo  ese  destacado guitarrista y compositor  basado en  Romance de la niña mala, de Raúl Ferrer.

-Cuál es el compromiso más inmediato con  Guantánamo y con   la música cubana desde el changüí, partiendo  del tono novedoso  que le  imprimes?

-Me gustaría  venir y trabajar con  los alumnos  en  piano básico, vincularlos con la Escuela Nacional de Arte, puesto que la carrera de  ese  instrumento siempre se ha caracterizado  en Guantánamo por su alto nivel  técnico, desde Lilí Martínez o quizás antes,   así lo demuestra;  quisiera  además, que el changüí conquistara  los escenarios  internacionales  y otra avidez para los de mi  tiempo y los del futuro: que estudien mucho… el virtuosismo viene después de muchas horas-banqueta,  ejercicio y rigor. 

-¿Qué hereda  artísticamente de su padre el primogénito del  cantautor Josué Oliva?

-De él,  de Sivio Rodríguez y de Pedro Luis Ferrer,  voy  al  giro melódico de  la trova, es un legado  hermoso y lo tomo.

Ernesto  está  físicamente en La Habana, pero  dispone a menudo su mente  para  el pueblo que lo vio nacer,  y eso le  gana  espacio y cariño en el corazón de los guantanameros.

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