Guantánamo.- He repasado la lectura de los 224 artículos, las disposiciones especiales, transitorias y finales del Proyecto de Constitución de la República de Cuba, cuya consulta popular inicia oficialmente este 13 de agosto en todo el país.
La fecha es bien significativa para quienes tenemos presente del legado del líder histórico de la Revolución Fidel Castro, más hoy en el aniversario 92 de su natalicio. De su concepto, que ya no es solo propiedad de los cubanos, nos apropiamos: “Cambiar todo lo que tiene que ser cambiado”.
Los debates informales del Proyecto comenzaron desde que se recibieron los primeros tabloides impresos, esparcidos también digitalmente, pero desde hoy se ejerce el derecho que asiste a los cubanos: el de participar en las principales decisiones de su Estado.
Cuando escribía este material tuve la suerte de recibir de un amigo otro valioso texto de su autoría, referente a la pasión de Fidel por la literatura: “Tal vez su amor por la letras y el conocimiento que adquirió, construyó gran parte de la influencia que ejerció en la humanidad, y de la savia pura para emanar la crítica al orden del mundo” escribe el amigo.
Utilizo este fragmento de su crónica, porque no hay modo mejor de contribuir a los cambios que necesita hoy la sociedad cubana, que la de participar con criterios en las decisiones.
Para ello hay que estudiar y esta enseñanza de Fidel de ser ávidos en el aprendizaje, de conocer con profundidad los asuntos que nos atañen, se aviene al proceso político social más importante que se vive en Cuba.
Cada criterio o sugerencia será registrado y tenido en cuenta por los redactores de la futura Constitución de la República. Una vez más la voz del pueblo definirá el camino del proyecto social que se perfecciona y actualiza, así como debe actualizarse y perfeccionarse la Carta Magna, la ley de leyes, sobre la cual se erigirán otros cuerpos legales para hacer más moderno y efectivo el funcionamiento de la sociedad.
La principal misión hoy es aportar, no solo asistir a las reuniones de consulta, sino emitir juicio, ejercer la democracia de la cual los cubanos somos dueños. Por mi parte, opino que la redacción del documento debe ser más consecuente con el enfoque de género.
Usted puede hurgar, leer con profundidad y verá que siempre puede estar presente su aporte. Hagamos realidad el legado de Fidel cuya enseñanza perpetua nos guía.
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