Guantánamo.- Oscar López Rivera, el luchador puertorriqueño que estuvo 36 años en cárceles estadounidenses por exigir la independencia de su país, demandó durante su visita a Guantánamo la devolución de los 117, 6 kilómetros cuadrados que desde hace más de un siglo ocupa una ilegal base militar norteamericana en la bahía del más oriental y montañoso de los territorios de Cuba.
Oscar López Rivera visitará Guantánamo
“Tanto la ocupación de esta porción de tierra cubana como el injusto bloqueo que mantiene el gobierno de los Estados Unidos a este hermano país es una verdadera vergüenza que no podemos dejar de denunciar”, dijo el independentista boricua, tras recibir la bienvenida por parte de las máximas autoridades del Partido Comunista de Cuba (PCC) y el Gobierno de la provincia y el municipio de Guantánamo.
En la sede de la Asamblea Provincial del Poder Popular, López Rivera recibió de Nancy Acosta Hernández, la presidenta de ese órgano, una detallada explicación de las principales características socio culturales e históricas de esta provincia, así como del proceso de recuperación que se materializa tras las afectaciones de los huracanes Matthew e Irma.
Al respecto señaló como el recién azote del huracán María a su nación dejó claro “el verdadero rostro de una pobreza en Puerto Rico que estaba escondida y ahora quedó desnuda”. Una nación neocolonial con una diáspora de 5 millones de habitantes radicando en los Estados Unidos y menos de 3.4 millones viviendo en la isla.
Visiblemente emocionado y tras agradecer a los artistas guantanameros la interpretación del tema del puertorriqueño Rafael Hernández, Lamento Borincano, Oscar López agradeció las muestras de cariño recibidas “en esta Isla fuerte que tanto ejemplo da al mundo”.
Enfático fue al afirmar que “La solidaridad compasiva que brinda Cuba a los pueblos del mundo, no existe ni existirá jamás en el imperio”.
Acompañado por Edwin González, Delegado de la Misión de Puerto Rico en Cuba, autoridades locales del Partido, el Gobierno y el ICAP, el patriota boricua colocó una ofrenda floral a Mariana Grajales, en la plaza de la revolución de igual nombre, fue distinguido con el sello de la ciudad de Guantánamo y visitó al municipio de Caimanera, limítrofe con la ilegal base naval yanqui.
